En asunción,
Trabajadores del transporte crucificados y en huelga de hambre hace más de 60 días
Una situación insostenible
Fotos: sumarium.com
Desde julio un grupo de trabajadores de una línea de ómnibus de Asunción se crucificaron –sí, se crucificaron– y se encuentran en huelga de hambre ante la indiferencia de las autoridades, que los están dejando morir.
Son una veintena y reclaman en nombre de unos 50 que fueron despedidos por intentar formar un Sindicato en una empresa del transporte colectivo, la línea 49 de Asunción, propiedad del diputado Celso Maldonado.
No son todo el problema de Paraguay, pero sí una muestra sintética de lo que ocurre en él.
Hay en el país una Constitución que no se cumple. Se adueñaron del poder económico y político plutócratas que dominan la nación. ¿Y el pueblo? Arrinconado, se crucifica por si, tal vez, le hagan caso.
En el fondo, Paraguay va en camino acelerado de una nueva dictadura.
Los 20 crucificados y en huelga de hambre necesitan con urgencia la ayuda de la gente, antes de que ocurran desenlaces fatales.
Necesitan de la Conferencia Episcopal una carta pública donde exprese su situación y exija justicia.
Necesitan que el presidente de la República presione a su ministro de Trabajo para que cumpla la Constitución y las leyes laborales.
Necesitan de los empresarios honestos que comiencen a hacer un puente entre obreros y patronos visitándolos y presionando al empresario-diputado Celso Maldonado para que dé signos de humanidad.
Necesitan de la juventud trabajadora y estudiantil que “hagan líos”, como convocaba a los jóvenes el papa Francisco, para que esta causa de dolor e injusticia, que está empantanada, se resuelva.
Necesitan que el pueblo los visite y que en grupos grandes vayan a alegrarles.
Necesitan que los medios de comunicación se den por enterados de que existen y no cuenten falsedades.
No son todo el problema de Paraguay, pero sí una muestra sintética de lo que ocurre en él.
Hay en el país una Constitución que no se cumple. Se adueñaron del poder económico y político plutócratas que dominan la nación. ¿Y el pueblo? Arrinconado, se crucifica por si, tal vez, le hagan caso.
En el fondo, Paraguay va en camino acelerado de una nueva dictadura.
Los 20 crucificados y en huelga de hambre necesitan con urgencia la ayuda de la gente, antes de que ocurran desenlaces fatales.
Necesitan de la Conferencia Episcopal una carta pública donde exprese su situación y exija justicia.
Necesitan que el presidente de la República presione a su ministro de Trabajo para que cumpla la Constitución y las leyes laborales.
Necesitan de los empresarios honestos que comiencen a hacer un puente entre obreros y patronos visitándolos y presionando al empresario-diputado Celso Maldonado para que dé signos de humanidad.
Necesitan de la juventud trabajadora y estudiantil que “hagan líos”, como convocaba a los jóvenes el papa Francisco, para que esta causa de dolor e injusticia, que está empantanada, se resuelva.
Necesitan que el pueblo los visite y que en grupos grandes vayan a alegrarles.
Necesitan que los medios de comunicación se den por enterados de que existen y no cuenten falsedades.
Rel-UITA
7 de septiembre de 2015