En Asunción,
Una protesta dramática contra
los atropellos antisindicales
los atropellos antisindicales
Los crucificados de la línea 49
Foto: hoylosangeles.com
Despedidos de su empresa por querer formar un sindicato y reclamar por derechos elementales, trabajadores de la línea 49 de autobuses de Asunción, propiedad de un diputado liberal, se crucificaron.
La medida la iniciaron diez trabajadores a comienzos de julio y luego se sumaron otros cuatro. Dos de ellos, además de crucificarse, se cosieron la boca con clavos.
La situación es tan grave que ha despertado la solidaridad de centrales sindicales del mundo entero.
“Nuestro sindicato USO (Unión Sindical Obrera de España) está preocupado por la falta de libertad sindical que hay en Paraguay y la negación existente en el caso de que algunos trabajadores quieran formar un sindicato”, dice una carta enviada por la Unión.
Los trabajadores denuncian que sus derechos laborales más elementales son atropellados: la empresa, llamada La Limpeña, los hace trabajar 16 horas al día, no tienen seguro social, se les paga por debajo de lo estipulado por la ley y no se les concede vacaciones.
Celso Maldonado, el multimillonario diputado liberal que es dueño de la compañía, pretendió además obligar a los choferes de la línea que transportaran en cada una de sus unidades a una veintena de votantes de su hija Belén, que se presenta en una elección como candidata a concejal.
Juan Villalba, sindicalista de la federación de choferes de ómnibus, dijo que eso fue lo que rebasó el vaso y llevó a los trabajadores a querer constituir un sindicato. Apenas lo intentaron, 50 de ellos fueron despedidos.
El Sindicato igualmente se formó, pero no fue reconocido por el Ministerio de Trabajo, que sí se apresuró a reconocer a un sindicato pro patronal. Villalba dice que los trabajadores tienen grabaciones de una reunión que mantuvieron con el ministro de Trabajo en la que éste demuestra actitudes de complicidad con la empresa.
Ya en el año 2013 vivimos en Paraguay una situación similar, cuando trabajadores de la línea 30 hicieron una protesta semejante.
Esto nos lleva a constatar que hay una falta de diálogo social y una represión contra el sindicalismo de forma sistémica.
La situación es tan grave que ha despertado la solidaridad de centrales sindicales del mundo entero.
“Nuestro sindicato USO (Unión Sindical Obrera de España) está preocupado por la falta de libertad sindical que hay en Paraguay y la negación existente en el caso de que algunos trabajadores quieran formar un sindicato”, dice una carta enviada por la Unión.
Los trabajadores denuncian que sus derechos laborales más elementales son atropellados: la empresa, llamada La Limpeña, los hace trabajar 16 horas al día, no tienen seguro social, se les paga por debajo de lo estipulado por la ley y no se les concede vacaciones.
Celso Maldonado, el multimillonario diputado liberal que es dueño de la compañía, pretendió además obligar a los choferes de la línea que transportaran en cada una de sus unidades a una veintena de votantes de su hija Belén, que se presenta en una elección como candidata a concejal.
Juan Villalba, sindicalista de la federación de choferes de ómnibus, dijo que eso fue lo que rebasó el vaso y llevó a los trabajadores a querer constituir un sindicato. Apenas lo intentaron, 50 de ellos fueron despedidos.
El Sindicato igualmente se formó, pero no fue reconocido por el Ministerio de Trabajo, que sí se apresuró a reconocer a un sindicato pro patronal. Villalba dice que los trabajadores tienen grabaciones de una reunión que mantuvieron con el ministro de Trabajo en la que éste demuestra actitudes de complicidad con la empresa.
Ya en el año 2013 vivimos en Paraguay una situación similar, cuando trabajadores de la línea 30 hicieron una protesta semejante.
Esto nos lleva a constatar que hay una falta de diálogo social y una represión contra el sindicalismo de forma sistémica.
Rel-UITA
12 de agosto de 2015