En Asunción,
Las tres huelgas de hambre de Rubén Villalba
El chivo expiatorio
Rubén Villalba es uno de los campesinos paraguayos acusados injustamente de la masacre de Marina Kue. Alguien lo eligió como chivo expiatorio para justificar el argumento falso en que se apoyó el golpe parlamentario contra el presidente Fernando Lugo, en 2012.
Rubén es hombre de difíciles luchas. Poco después de ser detenido tras la matanza en que perdieron la vida 11 campesinos y seis policías, en junio de 2012, participó en una primera huelga de hambre de más de 50 días, junto a otros compañeros y compañeras presos.
Esa huelga logró que las campesinas pudieran cumplir sus penas en sus domicilios.
Luego intervino en otra huelga de hambre, para que esa medida se extendiera a los seis presos restantes. Ese segundo ayuno total duró también más de 50 días, y los cinco compañeros de Rubén marcharon también a sus casas.
Pero no él. A pesar de su delicado estado de salud, apenas llegó a su pueblo lo volvieron a detener y lo enviaron a la prisión de Tacumbú, en total desamparo, por un caso que ya prescribió.
Dos miembros de la Corte Suprema de Justicia rechazaron el habeas corpus que presentó su abogado, y Rubén inició entonces, hace pocas semanas, su tercera huelga de hambre.
Después de 12 días sin comer se descompensó y comenzó a no tener movimiento en toda la parte izquierda del cuerpo. Corrió peligro su vida.
Actualmente ha cesado la huelga y está en manos de médicos.
Rubén Villalba es un ser humano y en un estado social de derecho nadie debería jugar con su vida. Pero en Paraguay sí.
Rel-UITA
17 de octubre de 2014
Foto: nanduti.com.py