La empresa, que cuenta con más de una razón social, es la principal proveedora de hortalizas de importantes cadenas de supermercados y locales de comida rápida, mantenía una serie de irregularidades en cuanto a las condiciones de trabajo y de salud y seguridad de sus empleados.

Ante esta realidad, un grupo de trabajadores decidió organizarse sindicalmente, acto que no fue tomado con beneplácito por la patronal, pero sobre todo no fue bien visto por mandos medios de la granja, que comenzaron con una campaña de desprestigio y hostigamiento contra los trabajadores sindicalizados.

“La encargada se siente la dueña de la empresa y como tal reacciona”, explicó Mariela Fernández, una de las delegadas que conversó con La Rel.

Según informó Germán González, secretario general de la Unión de Trabajadores Rurales y Afines del Sur del País (UTRASURPA), gremio que representa a los obreros de la granja, las condiciones laborales antes de la conformación de la base sindical dejaban mucho que desear.

“Los trabajadores tenían hora de llegada pero nunca de salida. El trabajo era a demanda, aunque excediera la jornada de ocho horas y lo peor de todo era que no se les abonaba las horas extra”, precisó el dirigente.

La también delegada sindical Jésica Portela recordó que después que se conformó a organización los afiliados comenzaron a trabajar ocho horas diarias.

“Cuando tomamos esa medida, comenzamos a ser hostigados por la encargada y directamente insultados o maltratados. A esto se sumaba que no nos pagaban las horas extraordinarias, no se nos otorgaban los aumentos estipulados por decreto del Poder Ejecutivo y no dejaban a los compañeros que trabajan en la cosecha utilizar el comedor del sector de empaque”, manifestó.

Frente a esta situación los trabajadores realizaron la denuncia ante el Ministerio de Trabajo, y luego de cuatro meses de negociaciones y la mediación de la cartera se llegó a un primer acuerdo con la empresa el pasado 23 de septiembre.

González explicó que este es un convenio de acuerdo momentáneo para subsanar en lo inmediato las irregularidades denunciadas por los trabajadores y será el marco para una posterior negociación de un convenio de condiciones de trabajo generales en la empresa.

“En esta instancia se acordó el pago retroactivo de las horas extra desde el ingreso a la empresa, que será abonado en cuotas no inferiores a 8.000 pesos (280 dólares); bajar el tiempo de descanso, que pasó de dos a una hora, lo que permitirá a los trabajadores entrar una hora más tarde, optimizando de esta forma su tiempo libre, y el pago retroactivo a julio de los aumentos correspondientes”, indicó Mariela Fernández.

Por su parte, Álvaro Hernández –quien inició las gestiones para formar la organización sindical– hizo hincapié en el cambio en la relación entre la empresa y los trabajadores una vez conformado el Sindicato.

“Se terminó con el paternalismo de esta empresa y de a poco vamos logrando mejorar las condiciones de todos. Este acuerdo fue un gran avance porque hasta hace un tiempo era impensable alcanzar las cosas que alcanzamos”, sentenció.