Científicos de todo el mundo han llegado a la conclusión de que el uso de neonicotinoides está en el origen de la alarmante mortandad de abejas. Según sus estudios, algunos de esos insecticidas deberían haber sido prohibidos hace tiempo. Durante años, el consorcio Bayer presionó a científicos y críticos.
Desde hace más de dos décadas, científicos y estudios advierten sobre los efectos negativos de los neonicotinoides.
¿Retrasó la industria con la ayuda de las autoridades la prohibición de esas sustancias durante años? Estudios muestran que los neonicotinoides no solo matan plagas, sino también abejas y otros animales.
El neerlandés Henk Tennekes investigó agrotóxicos durante años. Su conclusión: nunca había habido un insecticida más peligroso. También descubrió un estudio de Bayer de 1991, que concluía que un determinado neonicotinoide daña el sistema nervioso central de una especie de mosca de forma irreversible.
Tennekes confrontó a la compañía con sus hallazgos: "Bayer afirma ahora que los efectos son reversibles. Así que se contradicen... Si hubieran tenido en cuenta las consecuencias de esa sustancia, deberían haberla retirado del mercado".
También en Francia, los científicos estudiaron la desaparición de abejas y señalaron como una causa un insecticida fabricado también por Bayer. Un resultado que Bayer no quería ver publicado explica el toxicólogo Jean-Marc Bonmatin.
En Japón, otros toxicólogos determinaron, a su vez, que los neonicotinoides afectan a otros seres vivos como peces y cangrejos de río. Bayer también intentó allí que los científicos no publicaran sus conclusiones.
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NdE: agradecemos a Jair Krischke el envío de esta nota.