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AGRICULTURA SIN AGRICULTORES
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INFOAGRO COLOMBIA
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SEPTIEMBRE
2013
pecuario, en 2012, las compras externas de
productos lácteos crecieron 150%; las de
carne y despojos comestibles, 45%; las de
carne porcina, 73%, y las de “despojos de
aves” se alzaron exponencialmente. El últi-
mo cereal en el que Colombia se autoabas-
tecía, el arroz, declina y casi el 10% del mer-
cado interno se surte con grano foráneo.
Decrece paulatinamente la dotación nacio-
nal de alimentos en kilos por habitante.
El ministro de Agricultura, Juan Camilo
Restrepo, se regocijó por el crecimiento del
2,6% en 2012. Destacó los éxitos en foresta-
les y en carne de cerdo, resultado sólo posi-
ble por un insólito crecimiento del consumo
de porcino del 10%, cuatro veces el prome-
dio histórico. Entre tanto, los campesinos de
productos de clima frío, como papa y cebo-
lla de bulbo dicen que “desmovilizarán” sus
azadones y en Urabá se cierran 35 fincas de
banano, acabando cinco mil empleos. La
crisis fitosanitaria de la palma de aceite va
acompañada de importaciones de más del
10% de la producción y de competidores
nuevos como aceite de girasol. Debe agre-
garse el alto precio de los fertilizantes, 30%
sobre los de Brasil y, en algunos casos, hasta
47% sobre los internacionales.
El pulso entre lo que queda de agro y
los excedentes extranjeros depende asi-
mismo de la tasa de cambio. Entre no-
viembre de 2012 y abril de 2013, las me-
didas contra la revaluación no han surtido
efecto y PIPE no tiene novedades para los
agricultores, todo indica que continuará la
senda de la descomposición.
Colombia, campeón mundial
en precio de fertilizantes
Aurelio Suárez Montoya
El Espectador, Bogotá, agosto 19 de 2013
Cuando Salvador Camacho Roldán fundó
la Sociedad de Agricultores de Colombia
(SAC), afirmó que “pudiera llegar a dudarse
que la agricultura actual sea superior a la de
los muiscas”.
Se carecía aquí de culturas agrícolas,
mientras en Europa y Estados Unidos ya se
utilizaban equipos para el manejo de sub-
suelos, abonos orgánicos, rotación de cose-
chas, drenajes, riego y selección de razas.
Desde 1950, con la Revolución Verde,
Colombia se tornó en gran demandante
de insumos químicos a partir de los ferti-
lizantes, teniendo en cuenta que el 80%
de nuestros suelos son ácidos. En 1984, 30
años después, el consumo de fertilizantes
pasó de 20.000 toneladas al año a 754.000,
37 veces más, y de ahí a 2010 se ha dupli-
cado hasta llegar a un millón y medio. Para
1974 Colombia ya era el primer consumidor
de agroquímicos de América Latina.
Con los años no ha cambiado. Un infor-
me del Departamento de Agricultura de Es-
tados Unidos, de 2012, afirma que Colom-
bia aplica 521 kilos por hectárea, mientras
que en América Latina el promedio de apli-
caciones de fertilizantes es de 148; en Asia,
85; en el norte de África, 157, y en el África
subsahariana, 10.
El Banco Mundial ubica a Colombia, lue-
go de China y Malasia y de algunos países
con superficies desérticas o insulares, como
uno de los primeros en la aplicación de ferti-
lizantes, con 499 kilos por hectárea de tierra
cultivable en promedio entre 2008 y 2012.
Este récord va con otro: el de los altos
precios. Los precios mayoristas de insumos
como urea, fosfato diamónico (DAP) y el