Página 29 - Libro AGRICULTURA SIN AGRICULTORES

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AGRICULTURA SIN AGRICULTORES
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INFOAGRO COLOMBIA
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SEPTIEMBRE
2013
blo chino, advertía que quien controlara los
cereales controlaría el mundo. El gobierno
estadounidense puso sus mayores esfuer-
zos en la producción y control del comercio
mundial de cereales.
La Ley Pública 480,
instrumento imperialista
En el VI Congreso Nacional de Ingenieros
Agrónomos, ya mencionado, Fabián Ramí-
rez presentó una magnífica ponencia, As-
pectos negativos de PL 480, que nos mues-
tra en toda su desnudez a quién servía el
Idema al acoger esa ley para distintos nego-
cios de importación de productos agrícolas:
“La Ley Pública 480 no puede considerarse
como ‘ayuda’ puesto que el país donante
obtiene ganancias”. En otra ponencia, Pro-
blema nacional y agrario de Carlos Naranjo
y Héctor Julio Ruiz, decíamos: “En 1970 el
Idema importó aproximadamente 25.000
toneladas de maíz cuyo costo final (según
documento de Roberto Morales, gerente
del Fondo Financiero Agrario) fue superior
a $2.300.oo la tonelada, es decir, más costo-
so que los mayores precios que tuvo el pro-
ducto nacional cuando se tildaron de espe-
culativos” (el destacado es nuestro). (Nota:
estas y otras informaciones del VI Congreso
pueden consultarse en el libro La tierra para
el que la trabaja II. Editorial Punto y Coma,
Bogotá, 1975).
Harold D. Cooley, presidente del Comité
Agrícola del Senado de los Estados Unidos,
citado por Ramírez, aconseja a los repre-
sentantes norteamericanos en el exterior:
“Nosotros estamos interesados principal-
mente en deshacernos de estos exceden-
tes, no importa cómo lo hagan y bajo qué
autoridad. Queremos que sean vendidos
en dólares, en moneda extranjera o aun re-
galados” (El destacado es nuestro). Y Twee-
ten, también citado por Ramírez, concluye:
“es más antieconómico para los EEUU alma-
cenar los excedentes por dos o más años,
que donarlos y pagar el transporte”. Pero el
Idema pagó precios más que especulativos
en las compras que le hizo en la época a Es-
tados Unidos.
“Los países subdesarrollados subsidian
la economía norteamericana a través de
PL 480 y de trigo que es un alimento que
podría ser reemplazado por un producto
doméstico, especialmente en los países tro-
picales”, nos dice Ramírez, y él mismo expre-
saba en la ponencia citada: “El trigo consti-
tuye el mayor componente de la ayuda”. No
es casual, pues, que sea el trigo en Colom-
bia el segundo producto agrícola de mayor
importación y que casi se haya terminado
con su cultivo desde los años sesentas.
Ramírez, anota: “Funcionarios de la FAO
concluyen que el desarrollo agrícola nece-
sario y deseable en los países subdesarro-
llados o en desarrollo no podrá ocurrir si
continúa la PL 480, pues la parte agrícola
de su economía se ve sometida a fluctua-
ciones de precios debido a la “ayuda”. Con
la aplicación de esta política el Idema pre-
sentó año por año grandes pérdidas que el
gobierno llamaba “subsidios al pueblo con-
sumidor”, pero que eran realmente regalos
a la potencia americana, regalos que pagó
el pueblo colombiano, para que acabaran
con su producción agrícola.
Se llegó a extremos inconcebibles cuan-
do el Idema importó cigarrillos americanos
como excedentes agrícolas, poniendo en
aprietos a la industria tabacalera del país,
que igual que los agricultores de trigo,
maíz, fríjol, cebada, sufrió los golpes de-
moledores de esa antipatriótica política del
gobierno colombiano.
Algo de la historia triguera
nacional
En los últimos decenios, con la política
neoliberal, Estados Unidos logró el mono-