En Asunción,
Caso Rubén Villalba
Los horrores de la justicia paraguaya
Foto: huertacapucha.com
El caso de Rubén Villalba, el único de los cinco campesinos que protagonizaron una huelga de hambre en prisión de casi dos meses que permanece detenido, pone una vez más en el tapete las contradicciones y aberraciones de la justicia paraguaya
El lunes de Pascua fui a la cárcel de Tacumbú a ver a Rubén Villalba y a llevarle la comunión. Está sumamente delgado, serio y golpeado por los 58 días de huelga de hambre que realizó y por no poder gozar de la prisión domiciliaria, como sus otros cuatro compañeros.
La carátula de la acusación contra los campesinos presos por los hechos de Marina Kue de 2012 es “invasión a inmueble” y asociación para delinquir, sin importar que se trataba de tierras fiscales mal habidas, y homicidio doloso en grado tentativo, aplicado a todos sin determinación previa de quién mató a quién.
Rubén me dijo además que “el caso Pindó", por el que volvieron a detenerlo, remonta a un hecho de 2008 y que tiene que ver con su intervención, junto a otros compañeros, para defender a una comunidad que estaba siendo fumigada.
“Un campesino vendió su parcela a un brasileño que fumigó esa y otras parcelas, por lo que los campesinos tuvieron huir y el brasileño se quedó con todas las derecheras”, recordó.
Por esa acusación menor que llevaba seis años archivada y que no tuvo ni siquiera audiencia preliminar, la jueza Yanine Ríos envió de nuevo a Rubén Villalba a Tacumbú, sin importarle la convalecencia de quien ha estado sin ingerir alimentos 58 días.
Permítanme que lo repita también con enojo y mucha pena, y como acusación a la justicia: “No estamos todos, falta Rubén”.
Rel-UITA
23 de abril de 2014