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Un derecho humano básico
En Buenos Aires,
Argentina-Brasil
    TRABAJO DECENTE | PUNTO DE ENCUENTRO
    Palabras del doctor Carlos Tomada
    El derecho al trabajo digno
    Un derecho humano básico
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    Foto: Nelson Godoy
    El ministro de Trabajo de Argentina Carlos Tomada fue uno de los participantes de la Jornada Binacional Argentina-Brasil “Condiciones y medio ambiente de trabajo en la industria frigorífica”, realizada la semana pasada en la Casa Patria Grande “Néstor Kirchner”. La Rel transcribe a continuación lo esencial de sus palabras en la inauguración del encuentro.
    “En primer lugar el agradecimiento al anfitrión dueño de casa, la Casa Patria GrandeNéstor Kirchner”, y gracias a Álvaro (Ruiz, subsecretario de Relaciones Laborales de Argentina) por haberla elegido.

    Segundo, agradecer la presencia de Luis Antonio Camargo (fiscal general de Brasil).

    Tenemos mucha tarea por delante, en particular sobre la cuestión de la trata. Espero que en Argentina la lucha contra la trata de personas se haya transformado en una política de Estado, y que los avances que la legislación ha recogido y la acción concreta del Ministerio de Trabajo nos permitan profundizar en esta cuestión en el futuro.

    Gerardo (Iglesias, secretario regional de la UITA), querido amigo y compañero: un gusto volver a encontrarnos, gracias por estar acá con nosotros, y en particular quiero agradecerte por tu rol dinamizador que te caracteriza, por ejemplo en esta tarea concreta que la UITA ha ayudado a concretizar en este día.

    Soy un profundamente convencido del rol que pueden cumplir las federaciones sindicales internacionales, del rol que puede cumplir esta búsqueda de fusiones y de uniones cada vez más grande y más poderosa a nivel internacional para confrontar a un mundo que también se concentra en el lado económico, para lo cual se requiere un movimiento obrero cada vez más fuerte, cada vez más unido, cada vez más solidario.

    Nada de lo que hagamos en este sentido será suficiente, pero todo será indispensable y, Gerardo, conociendo tu trayectoria, tu tarea sistemática, este es un reflejo más y quiero destacarlo especialmente ante todos los aquí presentes.

    A partir de mayo de 2003 el gobierno argentino se hizo cargo de tomar la cuestión del trabajo digno, del trabajo decente en su amplitud más extensa.

    Comenzó definiendo que el derecho al trabajo era parte indisoluble de la lucha por el avance de los derechos humanos, en el mismo sentido que lo hizo la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

    Hubo un tiempo, que no ha terminado, en que al trabajo no se lo calificaba. Llegó a decirse “más vale cualquier trabajo que ningún trabajo”, y eso causó mucho daño.

    En Argentina, el trabajo y la educación pública han sido los dos grandes factores fundamentales en la inclusión social, los dos elementos sustantivos de la conformación de una sociedad que aspiraba a la igualdad, no solamente a la igualdad de oportunidades sino a la igualdad como objetivo utópico a alcanzar en la lucha de todos los días.

    Cambiar la cultura
    El trabajo debe ser decente

    Argentina
    necesita no solamente plantearse ser una sociedad de pleno empleo, que puede serlo, sino también una sociedad de trabajo, y fundamentalmente un trabajo que reúna los requisitos de protección social, de acceso a derechos.

    Un trabajo seguro, en su doble acepción, aunque hoy haremos énfasis en uno de los terrenos.

    En ese sentido, desde un primer momento, este Ministerio de Trabajo encaró la recuperación de la autoridad en la materia, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que había estado prácticamente al servicio de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo, del negocio de la salud.

    Con Carlos Rodríguez a su frente, la Superintendencia de Riesgo de Trabajo se convirtió en uno de los elementos más dinámicos e imprescindibles para cambiar la cultura del trabajo, en la que la cuestión de la salud y seguridad pasaba prácticamente desapercibida.

    Empresas multinacionales que tienen fortísimas y extendidas normas, reglas y por lo tanto una cultura incorporada en materia de salud y seguridad en el trabajo, cuando vienen a Argentina olvidan totalmente ese tipo de cultura para tener un comportamiento inverso.

    La NR 36 de Brasil es inspiradora para nosotros, y lo seguirá siendo para las tareas que se van a desarrollar a partir de ahora en este sector.

    Quiero destacar la promoción de la cultura de la prevención a la cual la Superintendencia de Riesgos del Trabajo dedica su tiempo.

    Un buen reflejo de eso es el manual de buenas prácticas en la industria avícola, realizado por una comisión cuatripartita de un sector muy particular en el que hemos logrado avances.

    No todos lo que hemos querido, pero esta dinámica de generación de nuevas condiciones nos ha permitido dar un régimen jubilatorio específico para los trabajadores de la industria, reduciendo los años de servicio y la edad a la que pueden acceder a jubilación.

    Estas tareas que viene realizando el Ministerio de Trabajo se inscriben entonces en esta inacabada y permanente lucha por la mejora en la calidad en el trabajo, y este proceso seguramente marcará un hito histórico de recuperación de los derechos de los trabajadores, de extensión de la cobertura de la protección social.

    Crece desde el pie
    La integración como fundamento y horizonte

    Finalmente, quiero señalar esta actividad que hacemos junto con el hermano país de Brasil. No solamente es nuestro principal socio comercial sino que es nuestro principal socio en este proyecto de integración regional, esta etapa histórica única que vive América Latina.

    En 200 años los pueblos de Latinoamérica no se miraban a los ojos como se miran ahora, (…) y Lula y Néstor Kirchner han tenido mucho que ver con eso.

    Hoy estamos todos comprometidos en esta hermandad que no solamente es declarativa. El futuro de nuestros pueblos va a estar signado por el tratamiento que le demos a la integración.

    Hay actualmente una conciencia en la región que no debemos desperdiciar.

    Debemos cada uno de nosotros poner un grano de arena, y para eso está la Casa de la Patria Grande, para eso está la convicción que todos tenemos de que la integración no se declama, se ejercita, se actúa, y que todo gesto, todo acto, toda actividad de este tipo forma parte de esta construcción, porque como decía el poeta “crece desde el pie”: También la integración crece desde el pie, crece desde estos lugares.

    Rel-UITA
    4 de diciembre de 2014
    Publicado por: Daniel García