que una Big Mac
a McDonald’s el 15 de abril
El día a día de 1,7 millones de trabajadores de McDonald´s es actualmente objeto de debate en varios países, con duras críticas a la empresa.
Entre las principales quejas está la falta de equipos y ausencia de procedimientos para prevenir accidentes laborales - especialmente las frecuentes quemaduras en la piel – además de la falta de pago adicional por acúmulo de función e insalubridad.
La no concesión de pausas en el horario de trabajo o de días francos, además de la prohibición de que se consuman alimentos producidos fuera de la red, también ha sido motivo de acciones legales.
Es común que estas personas sean presionadas a trabajar muy rápido en ambientes peligrosos, cerca de chapas y aceites calientes.
Están sometidas a un calor excesivo en la cocina y a bajas temperaturas en las cámaras de frío. Además, manejan productos químicos, basura y desechos humanos en las actividades de limpieza. A menudo carecen de kits básicos de primeros auxilios y los empleados incluso son obligados a cumplir sus funciones cuando están heridos.
Pensando en garantizar mejores condiciones para esos trabajadores, una movilización global está prevista para el 15 de abril en 35 de los 119 países en los que opera la compañía. En total, cerca de 200 ciudades participarán. En Brasil, para las manifestaciones ya han sido confirmadas ciudades como San Pablo, Brasilia, Goiania y Salvador.
El presidente de la Confederación Nacional de los Trabajadores de Turismo y Hospitalidad (Contratuh), Moacyr Roberto Tesch, piensa que se debe intensificar la presión para que McDonald’s pase a respetar las leyes laborales brasileñas.
"Es uno de los mayores empleadores de Brasil, pero pisotea y desprecia nuestras leyes. Queremos que mientras no cumplan con nuestra legislación se les prohíba abrir nuevas sucursales. Es un trabajo indecente, semi-esclavo”, enfatiza.
Tesch advierte que los propios pagos salariales a los empleados generan polémica. “Ellos maquillan el recibo de sueldo. Inflan para arriba los valores, hacen descuentos y, de la manera como lo hacen, el propio juez exige que sean más claros. Es imposible entender la matemática que utilizan”, denuncia.
Los sindicatos clasifican la actitud del grupo como dumping social, porque el irrespeto a las leyes genera pérdidas directas para los trabajadores y daños a otras empresas del sector, una vez que con la competencia desleal, los precios bajos son resultado de una explotación indebida.
El hecho de no pagar los encargos ni las obligaciones laborales generaría una ventaja competitiva, por reducir los costos, y así perjudicar a las empresas que cumplen correctamente las leyes.
El presidente de Contratuh también señaló que la preferencia por la contratación de jóvenes, que a menudo tienen el trabajo en McDonald’s como su primer empleo, puede ser una trampa para someterlos a situaciones que otros no aceptarían.
Atraídos por la oportunidad de comenzar una vida laboral, acaban aceptando que se le quiten sus derechos. "La empresa contrata a menores aprendices y los manda a trabajar en condiciones insalubres, en actividades que no son para menores”, destaca Tesch.
En Brasil, son cerca de 50.000 los empleados del grupo McDonald´s, según datos oficiales de la compañía, que está presente en el país desde 1979 y hace ocho años está representada por Arcos Dorados, franquicia presente en toda América Latina.
Sin embargo, lo que no nos dicen es que sólo en Brasil, desde 2012 hasta 2014, había cerca de 400 demandas contra McDonald´s en la Justicia del Trabajo de las principales ciudades, en todo el territorio.
La página Sem Direitos Não é Legal* fue creada precisamente para dar visibilidad a estos casos.
“No cuidar de los empleados que se queman ¡NO ES LEGAL! No pagar el adicional por insalubridad ¡NO ES LEGAL! Ser contratado para una función y ejercer otra ¡NO ES LEGAL!”, afirma el texto de la campaña en Facebook, que anima a la movilización global que se celebrará el próximo día 15.
La iniciativa busca también dar voz a las personas que han pasado por estas situaciones para que puedan narrar sus historias.
Ese es el caso de los ex empleados Mónica Carolina y Caio César.
“Yo realizaba jornadas extensísimas de trabajo. Mi horario era de seis horas, pero trabajaba diez no remuneradas. Entraba en áreas restringidas a los menores, como cámaras de frío, y manejaba objetos peligrosos”, cuenta ella.
Caio Cesar, de 22 años, vivía condiciones similares. “Me caí con ambos brazos arriba de la chapa y tuve quemaduras de primero y segundo grado. El gerente llamó a mi madre para que me llevara al hospital. No quería venir conmigo. Esto no es empleo. Es esclavitud”, afirmó.
Al parecer, habrá que dejar de creer en lo que vemos por la tele.
*Nota del Traductor: El slogan de la campaña es un juego de palabras. Legal además de significar lícito, en el lunfardo significa bueno, positivo.
Traducción: Luciana Gaffrée
Edición: Rel-UITA
