20140516 mcdonalds jornada 2014

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McDonald’s, una compañía retrógrada
En Montevideo,
Estados Unidos
MC DONALD'S
McDonald’s, una compañía retrógrada
El calificativo no es gratuito. Retrógrado, según el diccionario, es quien va hacia atrás o retrocede. Característica de la que hace gala la empresa de los “arcos dorados” y sus cómplices.
En enero de 1961, la Junta de Salario Mínimo de California (Estados Unidos) estableció el “salario mínimo para la mujer soltera que trabaja”. La comisión encargada del estudio estaba integrada por cinco mujeres, todas casadas y ninguna trabajaba. ¿Qué significaba, según esa comisión, un salario decente para la mujer soltera?

  1. Ganar lo suficiente para alquilar un cuarto junto con otra compañera (hasta el año anterior era con dos compañeras).

  2. Comprar una radio, con respecto a la TV podría verla en la sala de la pensión o en la plaza pública.

  3. El derecho de asistir al cine 32 veces por año, determinando cuántas veces a cines caros y cuántas a cines baratos.

  4. Comprar el periódico cinco veces por semana (el ejemplar de los domingos es tan voluminoso que da para leer hasta el martes).

  5. Enviar su ropa a la lavandería, menos la ropa íntima, pues esto no resulta correcto en una señorita.

  6. Comprar 27 pares de medias, seis sostenes, cuatro pares de zapatos, cuatro pares de calzones y dos enaguas al año.

  7. Para chicles, dulces y contribuciones a la iglesia, se le reconoce el derecho a gastar 24 dólares por año.

52 años más tarde, McDonald’s en sociedad con la financiera Visa, creó la página en Internet Practical Money Skills (Medidas prácticas para administrar el dinero) donde aconseja a sus empleados cómo tener “éxito financiero” con los salarios que perciben y que mucho se asemeja al criterio de aquellas señoras. El primer consejo que figura es buscar un segundo empleo. En realidad, si el asesoramiento fuera honesto, la orientación sería: ¡búsquese otro empleo!

Veamos cómo McDonald’s planifica la vida de sus empleados estadounidenses:
presupuesto mc donalds es 610
El trabajador o la trabajadora de McDonald’s que seguramente vive en Hawai o Miami -ya habrán notado que se le adjudica gasto cero en calefacción- gana 1.105 dólares mensuales, que a 7,89 dólares la hora insumen 35 horas semanales y tiene que trabajar otro tanto para obtener el segundo salario de 995 dólares. De manera que su jornada semanal se eleva, por lo mínimo, a 70 horas a las cuales hay que sumar el tiempo que le insume el transporte entre su casa y el primer trabajo, de este al segundo y de ahí de nuevo a su domicilio.

El alquiler estimado en 600 dólares mensuales no se corresponde con la realidad, dado que la renta promedio en los Estados Unidos a finales de 2012 se estimaba, prácticamente coincidiendo con el primer salario, en 1.048 dólares. Por supuesto, siempre está la posibilidad que, como calculaban aquellas señoras de los años 60, el trabajador sea obligatoriamente soltero y esté dispuesto a vivir hacinado.

También habría que ver qué tipo de vehículo consideran los asesores en sus cálculos. Si se trata de una bicicleta está sobrevaluada, por el monto de 150 dólares para sus gastos (pago de la cuota con la que está pagando su compra, mantenimiento, seguro y combustible) no creemos que se trate de un automóvil.

Tal vez lo que más subleva se encuentra en los 20 dólares calculados para el seguro de salud, que según distintos analistas, resultan insuficientes para una cobertura médica normal. En consecuencia, los trabajadores de McDonald’s necesitan que se subvencionen sus seguros médicos. De un elemental cálculo surge que estos subsidios, que provienen del dinero de los contribuyentes, permiten que McDonald’s pague salarios miserables.

De los 27 dólares diarios que figuran al final de la tabla deben salir los gastos de vestimenta, recreación -en este aspecto las señoras de lo 60 eran más consideradas-, gastos de estudio -se supone que la mayoría de los trabajadores de la compañía son estudiantes, pero ignoramos cuándo lo hacen con 70 horas de trabajo a la semana- y, fundamentalmente de comida.

Alguien puede pensar que puede comer en el trabajo pero, ¿cuánto tiempo resistirá comiendo diariamente hamburguesas y papas fritas? En este sentido los trabajadores brasileños de McDonald’s lograron un avance: El pasado marzo la Justicia Laboral condenó a la empresa por implantar un sistema de horario variable (ver artículos relacionados) e impedir que los empleados traigan su propia comida de casa.

¡Basta! Llegó la hora de que McDonald’s pague salarios dignos y de ser solidarios con los hombres y mujeres que trabajan en esta empresa retrógrada en cualquier lugar del mundo donde se encuentren.
mac salarios 610
Rel-UITA
25 de julio de 2013