28
Marzo
2017
Con Jair Krischke
La tercerización en Brasil
La tercerización en Brasil
Empresas de papel
Amalia Antúnez
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Jair Krischke | Foto: cultura.gov.br
El miércoles 22, el Congreso brasileño aprobó, entre gallos y medianoche, el proyecto de ley que extiende las tercerizaciones a todas las actividades empresariales, flexibilizando aún más las relaciones laborales en el país. Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Porto Alegre y asesor de la Rel-UITA, conversó con La Rel sobre este asunto.
-Aparte de afectar directamente a los trabajadores, ¿cómo impacta esta ley sobre la sociedad brasileña en su conjunto?
-En Brasil ya estaba vigente una tercerización limitada a ciertas actividades, como seguridad, limpieza, comedor.
Unas 12 millones de personas trabajan hoy en esas condiciones de tercerización.
Lo que quiero destacar con esto es que ya estábamos mal, y que con la aprobación de este proyecto de ley que extiende la posibilidad de subcontratar servicios para todas las actividades dentro de una empresa estaremos peor.
Ya tenemos un contexto bastante desfavorable con casi 13 millones de desempleados, por lo cual las personas van a aceptar cualquier trabajo que se les ofrezca, por más que las condiciones sean penosas.
Lo que sucederá es que una empresa “X” podrá contratar a otra para realizar parte de su trabajo y los trabajadores van a pasar a ser mercancía de las prestadoras de servicios o tercerizadoras.
Esto será nefasto, porque la ganancia de la tercerizada saldrá del salario. Se habla de que esto significará un 30 por ciento menos de ingresos para los trabajadores.
-Además de que ganan menos, los tercerizados sufren más accidentes laborales…
-Sí, carecen de cualquier tipo de garantías. Muchas de estas empresas abren un día y al otro cierran sin pagar ningún tipo de indemnización a sus empleados.
A esas empresas yo las llamo de empresas de papel, porque solo rellenan formularios para surgir, y, cuando quieren, desaparecen.
Por otro lado en Brasil se da mucho el fenómeno de la microempresa, que transforman al trabajador en persona jurídica.
Se trata de personas que generalmente carecen de capital y que se ven obligadas a abrir una microempresa y tener empleados para poder desarrollar determinada actividad.
En la construcción civil sucedió la siguiente situación: un trabajador sufrió un accidente porque no contaba con el equipo de protección adecuado y se cayó por el hueco de los ascensores de un edificio en construcción. Murió de forma instantánea.
Cuando los inspectores del Ministerio de Trabajo fueron a verificar los hechos y procedieron a notificar a la empresa sobre las consecuencias jurídicas del accidente fatal, el encargado de la obra les respondió: “tendrán que ir al funeral, porque es su viuda quien lo empleaba”.
En otro orden, no debemos olvidar, que el proyecto de tercerizaciones que pasará a consideración del presidente Michel Temer data de 1998, época del gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
-En Brasil ya estaba vigente una tercerización limitada a ciertas actividades, como seguridad, limpieza, comedor.
Unas 12 millones de personas trabajan hoy en esas condiciones de tercerización.
Lo que quiero destacar con esto es que ya estábamos mal, y que con la aprobación de este proyecto de ley que extiende la posibilidad de subcontratar servicios para todas las actividades dentro de una empresa estaremos peor.
Ya tenemos un contexto bastante desfavorable con casi 13 millones de desempleados, por lo cual las personas van a aceptar cualquier trabajo que se les ofrezca, por más que las condiciones sean penosas.
Lo que sucederá es que una empresa “X” podrá contratar a otra para realizar parte de su trabajo y los trabajadores van a pasar a ser mercancía de las prestadoras de servicios o tercerizadoras.
Esto será nefasto, porque la ganancia de la tercerizada saldrá del salario. Se habla de que esto significará un 30 por ciento menos de ingresos para los trabajadores.
-Además de que ganan menos, los tercerizados sufren más accidentes laborales…
-Sí, carecen de cualquier tipo de garantías. Muchas de estas empresas abren un día y al otro cierran sin pagar ningún tipo de indemnización a sus empleados.
A esas empresas yo las llamo de empresas de papel, porque solo rellenan formularios para surgir, y, cuando quieren, desaparecen.
Por otro lado en Brasil se da mucho el fenómeno de la microempresa, que transforman al trabajador en persona jurídica.
Se trata de personas que generalmente carecen de capital y que se ven obligadas a abrir una microempresa y tener empleados para poder desarrollar determinada actividad.
En la construcción civil sucedió la siguiente situación: un trabajador sufrió un accidente porque no contaba con el equipo de protección adecuado y se cayó por el hueco de los ascensores de un edificio en construcción. Murió de forma instantánea.
Cuando los inspectores del Ministerio de Trabajo fueron a verificar los hechos y procedieron a notificar a la empresa sobre las consecuencias jurídicas del accidente fatal, el encargado de la obra les respondió: “tendrán que ir al funeral, porque es su viuda quien lo empleaba”.
En otro orden, no debemos olvidar, que el proyecto de tercerizaciones que pasará a consideración del presidente Michel Temer data de 1998, época del gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
Navegando por el tiempo
Brasil y su retroceso
-La aprobación de esta ley se suma a una serie de reformas que perjudican visiblemente a la clase obrera, como la de la Previsión Social.
-Sí y esto es muy grave porque representa un retroceso en todas las conquistas sociales, que generalmente son el fruto de largas luchas.
Hay una norma no escrita, pero respetada, que dictamina que en cuestión de derechos sociales conquistados no se puede volver atrás porque de ser así nada impedirá que mañana el Congreso vote por el restablecimiento de la esclavitud tal como se la conoció.
Lo que sucede en Brasil hoy es muy grave, porque es un paquete de leyes tan pero tan malas que es como la historia del chivo en medio de la sala.
Los proyectos de reforma como el de la previsión social vendrían a ser el chivo que alguien puso en la sala de tu casa y que ensucia y destruye todo pero su salida de ahí se dará solo bajo las condiciones de quien lo colocó en ese lugar.
El gobierno nos dice: “yo saco el chivo de tu sala si tú haces tal o cual cosa”, y ante la desesperación, el dueño de la sala (el trabajador, la sociedad) acepta lo que sea porque siempre será mejor que tener al chivo ensuciando el living.
-¿Crees que la aprobación de esta ley hará que el movimiento social y sindical de Brasil se unifique más allá de banderas políticas?
-Lo deseo como ciudadano de este país, pero debo decir que lamentablemente se llegó a esta votación porque los sindicatos no fueron lo suficientemente fuertes como para detenerla.
Esto no se trata de partidos políticos, se trata de derechos conquistados que están siendo avasallados ante la mirada de la clase obrera brasileña.
Creo también que es este el momento para actuar, para que la clase obrera organizada, a través de sus sindicatos, federaciones y confederaciones, se unifique de forma monolítica para que no se produzca otro retroceso.
Si la aprobación de esta ley sobre la precarización del trabajo no es motivo para organizar una gran huelga general, no sé adónde vamos a parar.
-Sí y esto es muy grave porque representa un retroceso en todas las conquistas sociales, que generalmente son el fruto de largas luchas.
Hay una norma no escrita, pero respetada, que dictamina que en cuestión de derechos sociales conquistados no se puede volver atrás porque de ser así nada impedirá que mañana el Congreso vote por el restablecimiento de la esclavitud tal como se la conoció.
Lo que sucede en Brasil hoy es muy grave, porque es un paquete de leyes tan pero tan malas que es como la historia del chivo en medio de la sala.
Los proyectos de reforma como el de la previsión social vendrían a ser el chivo que alguien puso en la sala de tu casa y que ensucia y destruye todo pero su salida de ahí se dará solo bajo las condiciones de quien lo colocó en ese lugar.
El gobierno nos dice: “yo saco el chivo de tu sala si tú haces tal o cual cosa”, y ante la desesperación, el dueño de la sala (el trabajador, la sociedad) acepta lo que sea porque siempre será mejor que tener al chivo ensuciando el living.
-¿Crees que la aprobación de esta ley hará que el movimiento social y sindical de Brasil se unifique más allá de banderas políticas?
-Lo deseo como ciudadano de este país, pero debo decir que lamentablemente se llegó a esta votación porque los sindicatos no fueron lo suficientemente fuertes como para detenerla.
Esto no se trata de partidos políticos, se trata de derechos conquistados que están siendo avasallados ante la mirada de la clase obrera brasileña.
Creo también que es este el momento para actuar, para que la clase obrera organizada, a través de sus sindicatos, federaciones y confederaciones, se unifique de forma monolítica para que no se produzca otro retroceso.
Si la aprobación de esta ley sobre la precarización del trabajo no es motivo para organizar una gran huelga general, no sé adónde vamos a parar.