Página 99 - Libro AGRICULTURA SIN AGRICULTORES

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AGRICULTURA SIN AGRICULTORES
I
INFOAGRO COLOMBIA
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I
SEPTIEMBRE
2013
La verdad es que los únicos que han
cumplido los acuerdos en estos dos años,
han sido los mineros organizados, pues han
suspendido sus protestas creyendo en la
buena fe de este gobierno Jabonoso, Ma-
ñoso y Solapado. Y ahora, cuándo se les ha
agotado la paciencia y han decidido reac-
tivar la movilización frente a la burla y a la
entrega de todo el territorio a las multina-
cionales, los quieren hacer aparecer como
los villanos. Es más, como en toda protesta
social, tratan de ligarla a “infiltraciones” de
grupos armados al margen de la ley.
En las propias mesas de diálogo propi-
ciadas por el Gobierno para tratar de des-
montar el paro, que no para resolver los
problemas de fondo que aquejan la activi-
dad minera en Colombia, los funcionarios
de Santos han notificado que cualquier
acuerdo pasa por “no asustar a los inversio-
nistas extranjeros”, algo así como un llama-
do a que los mineros nacionales para que
se inmolen en el altar del “huevito” de la
confianza inversionista.
Los académicos serios, que son la mayo-
ría y un sinnúmero de personalidades de-
mocráticas, coinciden en que la mejor for-
ma de evitar el daño ambiental que causan
los pequeños y medianos mineros mecani-
zados nacionales, es el emprendimiento de
efectivos procesos de formalización y lega-
lización. Perseguirlos de la forma miserable
en que lo viene haciendo el Gobierno, agra-
va el problema, máxime si se utiliza el bur-
do expediente de hacerlos aparecer al lado
de la delincuencia, el narcotráfico y los gru-
pos armados al margen de la ley. Los ban-
didos no hacen minería, ellos extorsionan
y explotan a los mineros, que es otra cosa.
La pregunta más bien debiera ser: ¿dón-
de está el Estado garantizando la honra,
vida y bienes de los ciudadanos? El que co-
nozca un poco el tema sabe que los crimi-
nales no se someten a los apuros que im-
plican, por ejemplo, conseguir un repuesto
de afán para reparar una retroexcavadora
o una motobomba, comprar y transportar
combustibles y lubricantes o controlar el
horario de entrada y la productividad de los
trabajadores. Ellos, aprovechando la incom-
petencia del Estado, le colocan una cuota
a cada una de las actividades mineras y las
recaudan. Fácil y sin el riesgo que siempre
asume el minero: que una exploración no
fructifique.
Por todo esto, todos los ciudadanos de-
beríamos condenar las Socarronas y Falsas
acusaciones contra la minería pequeña, me-
diana, artesanal y tradicional, que si usted no
lo sabía, aporta el 80%de las escasas regalías
que la actividad minera le deja al país.
Las protestas mineras que hoy han em-
pezado a sacudir a Colombia prometen es-
calarse, sobre todo si el gobierno de Santos
y el de su alfil Fajardo, insisten en ver la “paja
en el ojo ajeno y ocultar la viga en el propio”.