Página 65 - Libro AGRICULTURA SIN AGRICULTORES

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AGRICULTURA SIN AGRICULTORES
I
INFOAGRO COLOMBIA
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I
SEPTIEMBRE
2013
TRES ASPECTOS COYUNTURALES
da
: Decía usted que también hay factores
coyunturales...
AS
: Sí. Voy a relacionar en lo fundamental
tres aspectos coyunturales: 1. La disminu-
ción en la producción. Colombia produ-
cía en el año 92, 16 millones de sacos; del
2000 al 2008 produjo 11 millones, y desde
el 2009 (incluso hasta 2012) produjo 8 mi-
llones; hablando entonces de una perdida
enorme en producción. 2. La caída de los
precios internacionales. Después de la cri-
sis del 2008, los inversionistas se refugiaron
en los commodites o productos básicos, los
cuales les funcionaron algunos años, pero
ya en diciembre del 2011 realizan sus inver-
siones, se caen los precios: caímos de 2.90
dólares a 1.45, es decir, el 50 por ciento. 3.
Tasa de cambio. Esto explica porque la solu-
ción planteada en el paro –y lograda–, sirve
de alguna manera. El país decidió volverse
minero-energético, en dónde la variable
principal de crecimiento es el capital ex-
tranjero, lo que genera una revaluación del
peso frente al dólar, esto afecta el precio,
porque éste es el resultado del cambio del
dólar por el precio internacional. El país lo
que hace es compensar esa revaluación. Yo
les insistía a los cafeteros en que este paro
trascendía la política cafetera, que iba con-
tra la política económica del Gobierno.
EL PARO DEL CAFÉ COMO POLÍTICA
DE ESTADO
da
: Más allá de la ruptura del Pacto del café
en 1989, ¿qué errores se cometieron para
que el país perdiera la importancia que
tuvo como país cafetero?
AS
: En gracia de discusión se puede decir
que parte de la sostenibilidad que tuvo
Colombia por el café se debió al pacto in-
ternacional de cuotas. Hay una anécdota
muy ilustrativa, al presidente de la Kraft
General Foods le preguntaron: ¿usted está
de acuerdo con el Pacto Internacional del
Cuotas?, el tipo contesto: “Estoy de acuer-
do porque yo le obedezco al Departamen-
to de Estado”. ¿Qué quiere decir con eso?
Que este señor entendía que estos países
eran vulnerables con esas estructuras y que
había que tenerlos “mantenidos” para que
no se resquebrajaran y no terminaran en
el bando socialista. Entonces, allí había un
mensaje que mostraba que los grandes po-
deres mundiales sí eran conscientes de esa
vulnerabilidad de Colombia y de otros paí-
ses, centroamericanos, africanos, etcétera.
Por supuesto. Se cometieron otros erro-
res. Las políticas cafeteras oficiales, antes
que contener los impactos previsibles por
la terminación del Pacto cafetero, ahondan
en el neoliberalismo que por entonces se
impone. La primera gran medida tomada:
se cambió la forma cómo se fijaba el pre-
cio interno del café. ¿Cómo se fijaba? Costo
más tasa de ganancia. Ahora se fija: precio
internacional y tasa de cambio.
Entonces, un campesino en una ladera
de Quinchía, Risaralda, está sometido a las
volatilidades del dólar y de la especulación
financiera –porque el precio internacional
del café es producto de la especulación.
Este dato es muy importante: de cada cien
contratos que se negocian en la bolsa de
valores solamente nueve se vuelven con-
tratos físicos, noventa y uno son papel, son
especulación. En estas condiciones es im-
posible que usted pueda desarrollar con
cierta solidez una producción que un día
sube y al siguiente baja; de esta manera,
por tanto, para un minifundista es prác-
ticamente imposible mantenerse. Y para
acabar de ajustar, aquí, en vez de tratar de
contener los impactos del neoliberalismo,
los amplificaron: se eliminó el subsidio a
los fertilizantes, se eliminaron los créditos
subsidiados. Entonces, a ese libre mercado