Página 47 - Libro AGRICULTURA SIN AGRICULTORES

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AGRICULTURA SIN AGRICULTORES
I
INFOAGRO COLOMBIA
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I
SEPTIEMBRE
2013
Hay que atender las causas de las protestas
agrarias y mineras
Jorge Enrique Robledo Castillo
Bogotá, julio 19 de 2013
De todo puede acusarse a los colombianos,
menos de precipitados e intransigentes,
incluso ahora que las protestas agrarias y
mineras sacuden el país. Por el contrario.
Según lo mal que funcionan las cosas para
tantos en Colombia, más bien parecen
reencarnaciones de Job, el paciente perso-
naje bíblico. Notorio contraste con los paí-
ses del vecindario.
Luego lo sensato, en vez de que Santos,
susministros y sus paniaguados arrecien los
ataques contra los que con razón reclaman,
es preguntarse: ¿cómo explicar que campe-
sinos, indígenas y empresarios del café, la
papa, el cacao y el arroz acometan la muy
dura faena de apostarse en las carreteras y
en medio de la represión oficial? ¿Por qué
mineros artesanales y empresariales toman
la misma decisión? ¿El problema se reduce
a una mezcla de malos colombianos con
idiotas, manipulados por guerrilleros, para-
militares y politiqueros?
Desde César Gaviria, el país sufre por la
plaga del libre comercio, la peor política
agraria imaginable para Colombia. En ese
lapso, con la sal en la herida de tanta de-
magogia barata, desaparecieron el trigo,
la cebada y el sorgo, agonizan el algodón,
el maíz y los granos, estamos inundados
de frutas y hortalizas extranjeras y en 2012
SELECCIÓN
DE ARTÍCULOS
DEL SENADOR
JORGE ENRIQUE ROBLEDO CASTILLO
,
DEL PERIODISTA
REYNALDO SPITALETTA
Y DEL REPRESENTANTE A LA CÁMARA
WILSON NEBER ARIAS CASTILLO
se importaron casi todo el café de consu-
mo nacional y más de 300 mil toneladas de
azúcar, que también lesionan a la panela. Y
avanzan los TLC contra el arroz, las oleagi-
nosas, los lácteos y los cárnicos. Cuánta rui-
na y pobreza. Ante este desastre, ¿el deber
es sonreír y darle gracias a Santos?
Las gentes del campo cumplen con su
deber de producir de la mejor manera, pero
los gobiernos no cumplen con el suyo de
propiciar las condiciones necesarias para
que puedan hacerlo. Es obvio que ningún
esfuerzo campesino o empresarial puede
contrarrestar una revaluación del 40 por
ciento ni los altos costos del crédito, los