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AGRICULTURA SIN AGRICULTORES
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INFOAGRO COLOMBIA
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SEPTIEMBRE
2013
zaciones de nuestro principal producto de
exportación.
De allí que la cantaleta de ayer tenga
vigencia hoy: el desarrollo de nuestro país
presupone el apuntalamiento de la autode-
terminación nacional en el trato con los Es-
tados Unidos y demás metrópolis occiden-
tales, pero sin descuidar el peligro de las
asechanzas de las suposiciones estratégicas
en la cuenca del Caribe, área en la que esta-
mos ubicados. Sin la previa condición de la
defensa de nuestra independencia y auto-
determinación nacional todo otro esfuerzo
será inútil. Nada ganamos con alimentar
los pollos en el día si los descuidamos en la
noche y permitimos que sean presa fácil de
comadrejas y ladrones.
Refiriéndose a cosas como estas es que
FENALCE ha pedido insistentemente “una
política agropecuaria coherente, dedicada
y estable que incentive la inversión agrí-
cola” porque” en Colombia, en lugar de
establecer una política agropecuaria que
reduzca los costos de producción en bene-
ficio de los cultivadores, se ha venido ha-
ciendo todo lo contrario y las medidas que
adopta el gobierno para tratar de corregir
sus propios errores son tímidas e indefini-
das”, como lo señalaba la Federación en un
comunicado del 30 de marzo de 1.986 y lo
ratificaban en sus intervenciones sus prin-
cipa les dirigentes en el Congreso Nacional
Cerealista del 21 y 22 de junio pasado.
Los problemas del agro colombiano vie-
nen de lejos y ya algunos agrónomos nos
planteábamos en 1971. Pero hoy, 18 años
después, ya no estábamos solos y muchos
más de nuestros colegas y, especialmen-
te, los principales gremios de productores
comparten, en esencia, nuestras inquietu-
des de ayer.
Sin embargo, no es solamente el único
cambio en la situación que hace posible y
necesaria y urgente la unidad gremial de
los ingenieros agrónomos de Colombia.
En los últimos años un nuevo flagelo
azota nuestros campos; el terrorismo de to-
das sus manifestaciones, con extorciones y
amenazas, con boleteos y secuestros, con
destrucción y saboteos, con asesinatos y
violencia generalizada pone mayor incerti-
dumbre y obstáculos a las ya golpeadas y
desestimuladas actividades agropecuarias.
Sobre ello pueden dar fe los colegas de Ura-
bá, quienes ya han tenido que enterrar con
gran dolor y desasosiego a un importante
número de sus compañeros de labores.
No se compadece, por lo tanto, que
mientras viejos y nuevos problemas afec-
tan al ya maltrecho y olvidado sector agrí-
cola y a uno de sus pilares fundamentales,
la Ingeniería Agroquímica, sigamos los di-
rigentes gremiales proporcionando una di-
visión que a nadie beneficia y que impide
una cabal, honesta y eficiente defensa de
nuestra profesión.
Por ello la ACIA, con sus dirigentes Her-
nán Pérez Zapata y Carlos Naranjo en pri-
mera fila, pide a las demás organizaciones
de ingenieros agrónomos realizar todos los
esfuerzos necesarios para alcanzar todos
los esfuerzos necesarios para alcanzar la
unidad gremial nacional.
Para tal fin proponemos iniciar una serie
de reuniones para la FIAC, la ACIA y las Aso-
ciaciones regionales independientes que
busquen llegar a acuerdos sobre:
1. Mecanismos organizativos para esta-
blecer una unidad gremial que garantice la
aplicación de los principios democráticos
universales que rigen las relaciones entre
individuos y concepciones diferentes en
una misma institución. Principios que se
pueden resumir en la máxima fundamen-
tal del respeto a la mayoría por parte de la
minoría, pero con la garantía de represen-
tación y libre expresión para los sectores
minoritarios.