La Rel dialogó con Roque Apecetche, presidente del SOEN, para conocer más sobre el proceso que llevó a la reapertura y cómo en ese ínterin negociaron en los Consejos de Salario un nuevo acuerdo de condiciones laborales.

-¿Cómo llegan a esta instancia?
-Cabe recordar que a partir del 1 de agosto, cuando nos enfrentamos al cese de la producción y consecuente cierre de la fábrica por un sobre stock de la producción, el panorama era de incertidumbre total.

En ese momento comenzamos a movernos en varios ámbitos, Ministerio de Trabajo, municipio y también a nivel internacional a través de la Rel-UITA para investigar cuáles eran las intenciones de la compañía AB-Inbev con relación a las malterías que posee en Uruguay.

En total fueron más de cien los trabajadores enviados al seguro de paro y lo que nos preocupaba era mantener los puestos de trabajo una vez vencido el plazo de cuatro meses que la compañía planteó.

En el medio, un mes antes de cumplirse el plazo de cese, la empresa nos planteó una reestructuración en las malterías lo que en otras palabras significaba despidos.

-¿Cómo subsanaron esa situación?
-Primeramente nos amparamos en una cláusula del convenio que tiene la empresa con la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) en relación al tema reestructura, que dice que en un plazo de 45 días ninguna de las partes puede tomar medidas hasta discutir sobre el tema.

Desde el principio de las arduas e intensas reuniones, el Sindicato se mantuvo firme en que la reestructura no podía suponer despidos.

Una vez cumplida la etapa de 45 días se acordó la reincorporación de todos los trabajadores permanentes de la empresa, en ambas malterías -Cympay y Nueva Palmira.

Por otra parte, a pesar que solicitamos una prórroga para negociar, debido a la situación que nos encontrábamos, tuvimos que afrontar la negociación colectiva en el marco de los Consejos de Salario, como lo estipula la legislación laboral uruguaya.

-¿Cómo evalúas el acuerdo alcanzado?
-Es un buen acuerdo si se toman en cuenta las circunstancias que atravesamos: tiene vigencia de tres años, con un incremento salarial total de casi 25 por ciento y con un bono por cláusula de paz que será entregado en tres partidas fijas, con reajuste según el IPC a partir de los 18 meses.

Cabe señalar que el ajuste salarial se realiza de manera gradual por cada semestre de vigencia del contrato, según lo estipulado por decreto del Poder Ejecutivo.

Se mantienen además todas las cláusulas sociales del convenio anterior, incluida una de reajuste por si la inflación anual supera el índice de 12 por ciento.

Fueron meses de intensa y desgastante lucha pero que rindió sus frutos.

Reabrimos a toda máquina.