Una de las organizaciones que expresó su repudio al asesinato fue la Asociación de Mujeres Migrantes y Refugiadas de la Argentina, que en un comunicado manifestó también su preocupación por el silencio de los medios de comunicación ante este tipo de “acontecimientos que ameritan el rechazo social”.

“No han sido pocas las expresiones de discriminación y xenofobia que se han venido manifestando desde diversos sectores sociales en los últimos meses, lo cual atenta al orden democrático del país y a la igualdad social. Es menester difundir y dar a conocer a la opinión pública estos tristes hechos”, agrega el texto.

Massar Ba formaba parte últimamente de la agrupación Xangó de migrantes senegaleses en Argentina, pero anteriormente había pasado por infinidad de asociaciones de su comunidad.

“No era vendedor ambulante, pero fue uno de los primeros en salir a defenderlos: en las redes sociales incluso haciéndole frente a la policía.

Cuando algún senegalés llegaba al país, él era al primero que conocían. Él los ayuda a conseguir un lugar e integrarse”, recordó Xangó esta semana.

No hay testigos del ataque que sufrió el activista. Sólo se sabe que apareció muy maltrecho en una calle porteña, que fue conducido a un hospital, y que allí falleció tras haber sido operado por segunda vez.