Presidente Norberto Latorre UTHGRA Argentina
Vicepresidente Luis A. Pedraza UNAC Colombia
Vicepresidenta Neuza Barbosa CNTA Brasil
Carolina Llanos UATRE Argentina
Héctor Ponce ATILRA Argentina
Silvia Villaverde FATPCHPYA Argentina
David Morales FESTRAS Guatemala
Alessandra da Costa Luna CONTAG Brasil
Siderlei Oliveira CONTAC Brasil
Guillermo Rivera SINTRAINAGRO Colombia
Wendy Y. Chavarría FESTRAS Guatemala
Eduardo Esquivel STIE México
María Tafur FNT-CGTP-ABA Perú
Gerardo Iglesias Secretario Regional
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Presidenta de la República Federativa de Brasil
Señora Dilma Rousseff
Palacio del Planalto
Ref.: Violencia contra líderes
y trabajadores rurales
De mi mayor consideración:
Con indignación recibimos desde nuestra afiliada, la Confederación Nacional de Trabajadores en la Agricultura (CONTAG) la noticia del asesinato el pasado sábado 16 en el municipio de Colniza, estado de Mato Grosso, de Josias Paulino de Castro y su esposa, Ireni da Silva Castro.
Este doble homicidio se suma al perpetrado apenas tres días antes, el 13 de agosto, en la misma región contra Maria Lúcia do Nascimento, asentada y expresidenta del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras Rurales de União do Sul, sobre el cual también nos pronunciamos oportunamente ante usted.
Se trata de tres valiosas vidas perdidas de un pueblo que lucha y defiende sus derechos, de tres hermosas vidas sacrificadas en el altar del agronegocio, el latifundio, la impunidad, la corrupción y la hipocresía, de tres compañeros asesinados por muchas manos homicidas que tienen confiscado el futuro de la tierra en Brasil.
Josias era presidente de la Asociación de Productores de Nova União (ASPRONU) y fue condenado a muerte y ejecutado por luchar a favor de la legalización de las tierras del Proyecto Filinto Müller, pero también por denunciar a los terratenientes de la zona que están obteniendo títulos de tierras otorgados por funcionarios corruptos, por señalar a los madereros ladrones que se apropian de la riqueza social, por dejar en evidencia a burócratas, policías y jueces que se han rendido ante el poder del dinero garantizando impunidad a los criminales.
El propio Josias había anunciado hacía pocos días que pistoleros peligrosos rondaban la zona, y hasta preguntó públicamente ante autoridades federales: “¿Será necesario que yo muera asesinado para que me crean?”.
Ireni murió simplemente por ser testigo del asesinato de su esposo, a cuyos autores valientemente quiso fotografiar. Su cámara destrozada por un balazo aún estaba en su mano cuando los cuerpos fueron hallados.
En el lugar se encontraron casquillos de balas calibre 9 mm, un tipo de arma reservada exclusivamente para uso militar en Brasil. Pero todo es posible para estos asesinos que representan la esencia más despreciable, esa que los motiva a matar y a mandar matar para obtener más y más y más dinero.
Maria Lúcia lideraba a los trabajadores sin tierra de União do Sul y había sido presidenta del Sindicato de Trabajadores Rurales local. Junto a otras 25 familias se encontraba asentada legalmente en tierras reclamadas por el hacendado Gilberto Miranda, a quien ella misma había denunciado en varias oportunidades ante la Policía.
Maria Lúcia no se rendía. Era como dice el poeta: “Una fuerza que nos alerta / una mujer que merece / vivir y amar / como otra cualquiera del planeta”. Pero a nuestra Maria, que tenía “raza y fuerza” para luchar, la maquinaria creciente y avasallante de la “Violencia rural de Brasil” le segó la vida y el amor.
Señora Presidenta: esta violencia premeditada, protegida, y hasta promovida por altos estamentos de Brasil, con cómplices y socios en los congresos federal y estadual, en las Policías Federal y estadual, en los escritorios de entidades de agricultura federales y estaduales, en la Justicia, debe terminar.
Para lograrlo, nos sumamos a la visión de nuestra afiliada CONTAG y de otras numerosas organizaciones sociales de Brasil de que solo una verdadera e integral reforma agraria llevará paz definitiva al medio rural brasileño.
Mientras ello no se alcance es imperioso adoptar medidas ejemplarizantes contra los funcionarios que venden su conciencia al mejor postor, utilizando las facultades conferidas por el Estado para pavimentar el camino hacia este infierno. Ellos deberían ser investigados junto a los mandantes y ejecutores de los asesinatos políticos que aún ocurren impunemente en Brasil.
Claro, se trata “sólo” de trabajadores y trabajadoras rurales. Seguramente otra sería la preocupación mediática y política si quien cayera bajo las balas fuese algún “encumbrado personaje” de la “nobleza” rural brasileña.
Reclamamos justicia, por supuesto, y una investigación profesional y diligente, claro, pero también respeto para quienes, como usted en otras épocas, enfrenta a esta “bestia anacrónica” en la primera línea de batalla, sin más armas que sus palabras, sin otra armadura que su piel.
Seguiremos atentamente la evolución de este nuevo brote de violencia en el campo, así como la investigación y juicio contra los asesinos de Josias, Ireni y Maria Lúcia.
No dude usted de que pondremos todo el peso de nuestras 383 organizaciones afiliadas en todo el mundo para apoyar activamente a quienes actúen en favor de eliminar para siempre este flagelo.
Sin más, hago propicia la oportunidad para saludarla a usted, muy atentamente,
Gerardo Iglesias
Secretario Regional UITA
Montevideo, 27 de agosto de 2014
C/c Jair Krischke (MJDH); CONTAG; Gerónimo Venegas (GPTA),
Amnistía Internacional, CUT y CTB
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