
En Montevideo,
El No del pueblo griego a los chantajes
del terrorismo financiero
del terrorismo financiero
Comienza un nuevo partido

Ilustración: Allan McDonald
El gran “No” de los griegos al chantaje de la troika en el referéndum del domingo significó un espaldarazo al gobierno de Alexis Tsipras para plantarse con más fuerza ante los representantes del poder financiero. También supuso un rechazo a las campañas de terror lanzadas por los defensores del Sí utilizando los grandes medios de comunicación.
Nadie había pronosticado que las diferencias fueran tan grandes entre quienes estaban dispuestos a aceptar las condiciones fijadas por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional para seguir “rescatando” (ergo, desangrando) a Grecia y quienes se negaban a ello a pesar de las nuevas dificultades que pudieran enfrentar.
Los sondeos difundidos a lo largo de esta semana y repetidos de manera machacona por la “gran prensa” y los políticos partidarios del Sí al ajustazo hablaban de “paridad”.
Algunos, incluso, pronosticaban una victoria de los adversarios del gobierno.
A tal punto, que desde el corazón del poder político y financiero europeo, en Bruselas y en Berlín, se había deslizado que se estaban manejando fórmulas para formar un nuevo gobierno “tecnocrático” en Grecia que reemplazara al de Tsipras.
Pero no fue así, y el No arrasó por una diferencia de más de 22 puntos: 61,3 contra 38,7 por ciento. “Fue un enorme triunfo de la dignidad”, comentó el domingo el entonces ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis. “Los griegos no aceptaron el chantaje ni las campañas de terror mediático”, agregó.
Del otro lado de la trinchera, en Alemania, políticos de la coalición de gobierno conservadora-socialdemócrata reaccionaron con furia ante una afrenta que no se esperaban, y menos aún que fuera tan tajante. “Tsipras ha quemado los últimos puentes del compromiso entre Grecia y la Unión Europea”, dijo el ministro de Economía y vicecanciller alemán Sigmar Gabriel.
Todo el mundo sabe, sin embargo, que las negociaciones se retomarán, y en nuevas condiciones.
El domingo, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) griega obtuvo un segundo gran triunfo electoral en seis meses y un nuevo respaldo para aplicar una política alternativa.
El apoyo fue abrumador entre los jóvenes: casi 70 por ciento de los menores de 34 años votaron por el No.
Desde que asumió el gobierno, el 25 de enero, acogotada por la Troika, Syriza prácticamente no ha podido gobernar. El resultado del referéndum no le asegura ni de cerca que ahora pueda hacerlo.
Sus acreedores seguramente seguirán apretando el torniquete, como no se han privado de anunciarlo.
Pero los griegos les han dado a ellos el escarmiento, al menos simbólico, que la Troika pretendía hacerle pagar al gobierno de Atenas por haberlo desafiado.
Los de abajo, agradecidos.
Los sondeos difundidos a lo largo de esta semana y repetidos de manera machacona por la “gran prensa” y los políticos partidarios del Sí al ajustazo hablaban de “paridad”.
Algunos, incluso, pronosticaban una victoria de los adversarios del gobierno.
A tal punto, que desde el corazón del poder político y financiero europeo, en Bruselas y en Berlín, se había deslizado que se estaban manejando fórmulas para formar un nuevo gobierno “tecnocrático” en Grecia que reemplazara al de Tsipras.
Pero no fue así, y el No arrasó por una diferencia de más de 22 puntos: 61,3 contra 38,7 por ciento. “Fue un enorme triunfo de la dignidad”, comentó el domingo el entonces ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis. “Los griegos no aceptaron el chantaje ni las campañas de terror mediático”, agregó.
Del otro lado de la trinchera, en Alemania, políticos de la coalición de gobierno conservadora-socialdemócrata reaccionaron con furia ante una afrenta que no se esperaban, y menos aún que fuera tan tajante. “Tsipras ha quemado los últimos puentes del compromiso entre Grecia y la Unión Europea”, dijo el ministro de Economía y vicecanciller alemán Sigmar Gabriel.
Todo el mundo sabe, sin embargo, que las negociaciones se retomarán, y en nuevas condiciones.
El domingo, la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) griega obtuvo un segundo gran triunfo electoral en seis meses y un nuevo respaldo para aplicar una política alternativa.
El apoyo fue abrumador entre los jóvenes: casi 70 por ciento de los menores de 34 años votaron por el No.
Desde que asumió el gobierno, el 25 de enero, acogotada por la Troika, Syriza prácticamente no ha podido gobernar. El resultado del referéndum no le asegura ni de cerca que ahora pueda hacerlo.
Sus acreedores seguramente seguirán apretando el torniquete, como no se han privado de anunciarlo.
Pero los griegos les han dado a ellos el escarmiento, al menos simbólico, que la Troika pretendía hacerle pagar al gobierno de Atenas por haberlo desafiado.
Los de abajo, agradecidos.
Rel-UITA
7 de julio de 2015