-¿Cuál es la situación en la planta de Femsa en Marília?
-Lo que sucede es que con esta empresa el Sindicato tiene el mejor convenio colectivo del estado de São Paulo, que contempla una serie de beneficios sociales muy importantes.

Ahora Femsa pretende igualar condiciones con sus otras embotelladoras pero hacia abajo, algo que no vamos a aceptar.

Por otro lado, desde que el Grupo Femsa adquirió la embotelladora Spaipa realizó una serie de despidos que se traducen en una reducción del personal de fábrica y como consecuencia de ello una sobrecarga de tareas; la calidad de la alimentación proporcionada por la compañía ha bajado sensiblemente y el precio cobrado al obrero es cada vez más alto.

Entonces lo que hay es una precarización de las condiciones laborales y los trabajadores no vamos a permitir que se degraden aún más.

-¿Qué es lo que propone la patronal?
-Femsa propone un reajuste salarial que apenas cubre la inflación del período y el mismo reajuste para los beneficios sociales. El Sindicato no lo acepta.

Queremos además discutir con la empresa puntos como calidad de vida, valorización de los trabajadores; tickets alimentación y canasta navideña; participación en los lucros, entre otros beneficios sociales que Femsa quiere recortar.

Como no hemos obtenido resultados positivos, el pasado lunes 13, reunidos en asamblea, decidimos declarar el estado de huelga.

-¿Cuántos trabajadores emplea la planta de Marília?
-Alrededor de 500, y hay muchos puntos para discutir en cuanto a salud y seguridad.

En la fábrica no se cuenta con un equipo médico para emergencias en caso de accidentes laborales.

La empresa quiere además imponer unilateralmente el sistema de Banco de Horas con el único objetivo de no pagar horas extra, entre otras cosas.

-¿Qué medidas tomarán si no hay un cambio de postura de la compañía?
-En primera instancia vamos a aguardar para ver si antes del fin de semana Femsa da algún tipo de señal.

Si mantiene su oferta salarial inicial e insiste en recortar beneficios comenzaremos a movilizarnos.