Los fiscales encontraron en su inspección decenas de irregularidades, entre ellas, jornadas laborales excesivas (sin los intervalos y los días de descanso previstos por la ley) y la ausencia de medidas de protección a la exposición al gas amoníaco y a la maquinaria.

Tampoco había nada previsto para proteger a los trabajadores de los ruidos excesivos y del frío en las cámaras frigoríficas ni para llevar a cabo una rotación de las actividades, un sistema que disminuye las causas de enfermedades profesionales por movimientos repetitivos, por ejemplo.

Antes de la inspección, el MPT ya había colocado bajo investigación a Seara, por problemas en el ambiente de trabajo y en la duración de la jornada laboral.

El frigorífico llegó a firmar un acuerdo por el que se comprometía a conceder a sus empleados las pausas y descansos previstos en la legislación, pero nunca lo cumplió.

El fiscal Éllison Miessa dos Santos, responsable del procedimiento, ya había pedido en dos ocasiones al Ministerio Público que procediera a un relevamiento de las condiciones de trabajo en la planta de Nuporanga, y se había reunido varias veces con representantes de la empresa, en un intento por resolver el tema por fuera de los tribunales, pero no hubo cooperación por parte de Seara ni interés en llegar a una conciliación.

El informe del MTE cita algunas “artimañas” utilizadas por Seara delante de los inspectores, como la reducción de la velocidad de las esferas de las líneas de producción continua, una medida destinada a ocultar los ritmos reales de producción.

En sus declaraciones, recogidas en el informe, los trabajadores coincidieron en afirmar que la lentitud se debía a la presencia de la inspección. “Cuando ustedes se vayan vamos a sufrir para recuperar todo este retraso”, dijeron los empleados a los inspectores.

También trataron de engañar a la comisión fiscalizadora en lo relativo a la temperatura de las cámaras de frío. De acuerdo con representantes de la empresa, la temperatura en estos locales era de 12ºC, “cuando en realidad es más baja”, lo que se comprobó por las planillas de control de temperatura de los ambientes.

Además de las excesivas horas de trabajo, Seara también violó las normas reguladoras del MTE 1, 5, 7, 9, 12, 15, 17, 23 y 36.

“En el contexto de la defensa al trabajo decente, es de suma importancia que se proporcione y se mantenga un ambiente adecuado. Deben ser especialmente aplicadas las medidas de seguridad y de salud. El fundamento de todo eso se encuentra en la Constitución Federal”, afirma Miessa dos Santos.

La pelota ahora está en el campo de la justicia.