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El diplomático más querido y solidario
En Montevideo,
Uruguay
MEMORIA
Montevideo homenajea a Harald Edelstam
El diplomático más querido y solidario
La Junta Departamental de Montevideo -el poder legislativo de la capital uruguaya- homenajeó el miércoles al ex embajador sueco Harald Edelstam por su contribución a una “idea diferente” de la diplomacia, comprometida con “las causas libertarias”.
Así lo dijo el edil Dari Mendiondo, promotor de la iniciativa, desarrollada en el año del centenario del nacimiento de Edelstam y en el día de un nuevo aniversario de la independencia de Chile, el país latinoamericano en que el trabajo humanitario del diplomático sueco fue más emblemático.
 
Edelstam marcó a fuego a la diplomacia internacional”, conduciéndose “en base a un principio fundamental, el del derecho al asilo de los perseguidos políticos”, declaró Mendiondo al recordar cómo el sueco salvó decenas y decenas de vidas de latinoamericanos (argentinos, uruguayos, brasileños) detenidos en el Estadio Nacional de Santiago en los días siguientes al golpe del 11 de setiembre de 1973 contra el presidente Salvador Allende que llevó a la dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet.
 
En el acto estaban presentes algunos de los más de 50 uruguayos rescatados por Edelstam de una muerte segura.
 
Edelstam:
"dejó marcado un camino"
 
“Los extranjeros detenidos eran fusilados” y esa fue la suerte que corrieron muchos de los que no pudieron ser asistidos, dijo Mendiondo al destacar cómo Edelstam “puso su propio pellejo en juego” para “proteger con todos los medios a su alcance” a perseguidos por la dictadura chilena de toda nacionalidad.
 
Hizo lo que muchos otros diplomáticos no hicieron por entender su tarea como un ejercicio de neutralidad, como “un ir por el camino del medio”,  ajeno al compromiso con causa alguna, declaró por su lado el joven edil Pablo González.
 
González remarcó que pertenece a “una generación nacida luego de aquellas terribles épocas”, pero que necesita mirarse en espejos como el de Edelstam. “Dejó marcado un camino”, dijo.
 
El diplomático sueco, que en Chile actuó como había actuado antes en Guatemala para defender a los indígenas acosados por lo militares y antes aún a los judíos amenazados de exterminio en la Noruega ocupada por los nazis , “es un héroe que aún no ha sido incorporado a la memoria de las nuevas generaciones”, afirmó otro legislador municipal, Julio García.
 
Los ediles montevideanos homenajearon también a la octogenaria ex diplomática uruguaya Belela Herrera, que en el Santiago del 73 bajo la bota militar fraguó junto a Edelstam la fórmula que permitió rescatar del Estadio Nacional de Chile a sus más de 50 compatriotas detenidos, a espaldas de su propio gobierno.
 
Herrera es de la misma raza de diplomáticos “especiales” que Edelstam, apuntó Mendiondo. No son muchos, había observado González.
 
En la sala de la Junta Departamental había diplomáticos chilenos y suecos y representantes de una asociación de ex presos políticos uruguayos.
 
Montevideo ya había rendido tributo al sueco seis años antes, cuando había designado con su nombre una calle y una plaza ubicada en el oeste de la ciudad, “frente a lo que fuera una gran fábrica textil, en el corazón de un barrio de tradición proletaria”, según subrayó Mendiondo. “Pero hay que hacerle más y más homenajes. Uno, dos, no bastan”, concluyó.

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Foto: Darío Falero
  
Rel-UITA
20 de septiembre de 2013