Víctimas de la violencia en el campo se reúnen en Audiencia Pública
“No basta votar, también queremos
que se escuche nuestra voz”
que se escuche nuestra voz”
El 3 de septiembre, la Comisión de Derechos Humanos y Legislación Participativa realizó una Audiencia Pública sobre la escalada de violencia contra los activistas sociales y ambientales que luchan contra la explotación ilegal de madera en la región amazónica de Brasil. Entre los expositores estuvo Claudelice Silva dos Santos, hermana del extractivista José Cláudio Ribeiro da Silva, asesinado recientemente junto a su esposa, Maria do Espírito Santos Silva.
En diálogo con La Rel, Claudelice busca generar una mayor conciencia internacional sobre las “muertes anunciadas” como las de su hermano.
Brasilse ha consolidado actualmente como el país máspeligroso parala defensa delderecho a la tierraya unmedio ambiente sano. La mitad de los asesinatos relacionados con este tema en el planeta se producen aquí.
A nivel mundial,sólo el 10 por ciento de loscasosllegan ajuicio, yapenas el 1 resulta en una condena.
En épocas de elecciones, dijo Claudelice, todos prometen que las cosas van a cambiar, pero la realidad es bastante diferente.
“Buscamos justicia, y para eso queremos contar lo que pasa en la Amazonia, donde la presión ejercida por los explotadores de la madera y los grandes estancieros que siembran pasto para el ganado, expulsando a las familias de sus tierras y ocupándolas ilegalmente, es enorme. La mayoría de las veces recurren a la violencia armada”, denunció.
Según la documentación hecha llegar a la Audiencia, la extracción ilícita de madera genera entre 10 y 15 mil millones de dólares de dólares de ganancias por año en todo el mundo, y los royalties recaudados legalmente no llegan a los 5.000 millones de dólares.
Asesinato de líderes ambientales y sindicales
Una estrategia para destruir
a los defensores de los bosques
a los defensores de los bosques
El documento advierte además que la combinación de impunidad judicial y de defectuosos sistemas de control forestal conduce a una situación catastrófica.
Los líderes de los grupos más organizados de resistentes al modelo están «marcados para morir», dice Claudelice. Ella misma ha sido amenazada de muerte.
“Nuestra casa es vigilada y contamos solo con nuestra propia protección. Cada vez que uno de nosotros sale tiene que avisar a los demás, y jamás hacerlo por la noche, jamás. Es como si estuviéramos en arresto domiciliario”, afirmó.
Dijo también que desde el asesinato de Zé Claudio y María, su familia clama infructuosamente que se haga justicia. “En Pará todo el mundo se calla por miedo, porque el destino es la muerte. A pesar de esto, no vamos a callarnos, y esta audiencia es para eso, para que alcemos nuestra voz. Sepan que continuaremos denunciando siempre”, proclamó.
La audiencia abordará igualmente la situación de los testigos que están arriesgando sus vidas, que se ven obligados a abandonar sus hogares y, a menudo, a ser mantenidos económicamente por el gobierno.
“La violencia no para de aumentar, y la impunidad no cesa. Lo peor es que el Estado nos deja indefensos. De hecho, el actual proceso equivale a una autorización para matarnos dada por el Estado”, denunció.