Cuando Rosencof evoca a Chifflet para recordar
el franquismo de Lacalle
Guillermo Chifflet
11 | 7 | 2024
Foto: Gerardo Iglesias
En Por los chiquitos que vienen, su último libro, el escritor y ex dirigente político uruguayo Mauricio Rosencof evoca recuerdos y personajes clave de nuestra historia reciente, entre ellos a su amigo Guillermo Chifflet. En el recorrido que hace por la memoria, Rosencof recoge parte de un artículo que el periodista y político socialista escribió para la Rel UITA en 2009.
Esa nota habla de las simpatías del entonces precandidato presidencial y expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera, padre del actual mandatario de Uruguay Luis Lacalle Pou por figuras como el dictador español Francisco Franco.
Durante varios años, Chifflet fue colaborador de nuestro boletín, especialmente luego de su renuncia a su banca como diputado por estar en desacuerdo con la participación de Uruguay en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), a la que veía como neocolonialista.
A continuación, reproducimos aquella nota del dignísimo militante socialista.
El 3 de junio de 1940, el dictador Francisco Franco felicitó a Adolfo Hitler enviándole el siguiente mensaje: “Fürher: en el momento en que los ejércitos alemanes bajo su mando están llevando la mayor batalla de la historia hacia un victorioso final, quiero expresaros mi admiración y entusiasmo así como el de mi pueblo, que observa con honda emoción el victorioso curso de una lucha que consideran la propia, ya que lleva a término las esperanzas que ardieron ya en España cuando vuestras tropas se unieron con nosotros en la guerra contra los mismos y duros adversarios”.
Era ya un hecho probado que tropas alemanas e italianas habían apoyado a los militares que provocaron la guerra civil en España. Hitler y (Benito) Mussolini extendían su dominio sobre nuevos territorios. El Fürher se entrevistó con Franco en la frontera hispano francesa, en una reunión en la que estuvieron presentes (Joachim) Von Ribbentrop, ministro de Relaciones Exteriores del Reich, y (Ramón) Serrano Suñer, su par español.
Algunas versiones señalaron que “al principio el Caudillo expresó su satisfacción por haber conseguido conocer personalmente al Fürher y le agradeció todo el apoyo recibido”.
“España se ha sentido siempre unida con el Eje —manifestó Franco en esa ocasión—; en la Guerra Civil los soldados de los tres países lucharon juntos y una profunda unidad surgió entre ellos. Igualmente, España, en el futuro, se unirá estrechamente a Alemania porque, históricamente, habrá entre España y Alemania muchas fuerzas de unión y ninguna de separación”, agregó el dictador ibérico.
El franquismo, como el nazismo, polarizó fuerzas opuestas en todo el mundo.
La memoria no es lo que caracteriza fundamentalmente a los partidos políticos. Por ello, los antecedentes de simpatías hacia el fascismo suelen dejarse de lado.
Sucede, sin embargo, que algunos testimonios (como los citados, por ejemplo) perduran. En Uruguay, uno de los actuales líderes del Partido Nacional, el doctor Luis Alberto Lacalle, publicó hace varios años un libro, recopilación de artículos suyos. Uno de ellos es, sin duda, testimonio de una ideología de la que no ha manifestado apartarse. Se titula “Un Jefe”, y es el relato entusiasta, conmovido, de su audiencia con Francisco Franco, “El Caudillo”, nombre con el cual siempre se le designó en casa de la familia Lacalle.
Conocerlo, afirmará el propio Lacalle, le renovó la admiración compartida por tres generaciones de su sangre. Conocíamos ya un Jefe, expresa, aludiendo a Luis Alberto de Herrera (su abuelo), “el nuestro de ayer, de hoy y de siempre”. El Caudillo de España era el segundo.
“Bastó que sus ojos claros miraran con profundidad para que lo entendiéramos. Habló, o más que habló expuso. Cuarenta y cinco extraordinarios y maravillosos minutos. Ni una coma de lo dicho se ha borrado de mi memoria —afirma Lacalle—. El tema: España, Occidente, la obra, el futuro. Una mañana única de la vida… Sólo he querido que su recuerdo quedara grabado en estas líneas”, escribió el hoy precandidato a la Presidencia en el Partido Nacional.
La ideología y la trayectoria del dictador español son inseparables del núcleo de ideas del fascismo. Hay en el mundo, sin embargo, políticos que se dicen demócratas pero se han sentido honrados por haber sido recibidos por alguien que se sublevó —con apoyo extranjero— contra las instituciones de su país, y desencadenó una guerra civil que costó millones de vidas.
Gran cantidad de textos demuestran el acuerdo entre Hitler, Mussolini y Franco.
En la Declaración de Postdam, documento firmado por países que lucharon contra el fascismo, se establece, entre otras consideraciones, que “el régimen de Franco no se originó como consecuencia del desarrollo de las fuerzas internas del país, sino como resultado de la intervención de los principales países del Eje, la Alemania de Hitler y la Italia fascista, cuya acción resultó decisiva para imponer al pueblo español esa tiranía”.