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Con Ignacio Errandonea

“Los militares siguen escondiendo la verdad
y nadie los obliga a decirla”

Tras el descubrimiento de documentación militar sobre la represión en tiempos de dictadura, la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos dijo que quedó una vez más demostrado que los archivos no fueron destruidos.

Daniel Gatti


Foto: Gerardo Iglesias

Los documentos hallados la semana pasada por el Ministerio de Defensa en el Grupo de Artillería 5 de Montevideo “no tienen nada relevante sobre el paradero de los desaparecidos”, dijo a La Rel Ignacio Errandonea, integrante de la agrupación.

Son unos 1.650 folios de informes de inteligencia relacionados con persecución a militantes políticos y sindicales en los años inmediatamente posteriores al golpe de Estado cívico-militar de 1973.

“Los militares siempre han dicho que habían destruido los archivos de la dictadura, como parte de su teoría de que no existen documentos que puedan aclarar las desapariciones, quién asesinó a nuestros familiares, dónde estaban detenidos, dónde los enterraron”, señaló Errandonea.

“La información está, pero está oculta. Lo venimos denunciando hace largos años, y la aparición de numerosos archivos militares nos ha dado la razón y desmentido a los represores y a quienes los protegen”.

Errandonea recordó que la Agrupación de Madres y Familiares y el resto de las organizaciones de defensa de los derechos humanos pidieron a los gobiernos que se sucedieron desde el fin de la dictadura que dieran la orden a los mandos militares de liberar esa documentación. “No que la solicitaran, que la exigieran”.

“Nunca lo logramos. Ello llevó a consagrar la omertá, el silencio de los jerarcas de las Fuerzas Armadas posteriores a la dictadura. Ocultaron información con total desparpajo, y cuando dieron algo era falso”.

Una omertá facilitada

La mayor información puede estar en los archivos centrales del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), que centralizaba todas las operaciones de represión, piensa Errandonea.

“Esa documentación tiene que estar en algún lugar predio militar, probablemente de la Región Número 1 de Montevideo, la principal del país, pero hay que buscarlos, exigir que aparezcan y el gobierno se limita a decir que cuando haya información la comunicará, no que vaya a reclamarla”.

El jueves próximo debería realizarse una nueva Marcha del Silencio, la multitudinaria manifestación que todos los años desde 1996 recorre el centro de Montevideo en reclamo de verdad y justicia para los desaparecidos, reuniendo por lo general a más de 50.000 personas.

Por segunda vez consecutiva, debido a la pandemia de Covid 19, no habrá marcha, pero sí una serie de iniciativas virtuales.

“Como el año pasado se va a extremar la creatividad para estar presentes el 20 y seguir con una exigencia que no va a cesar hasta que sea satisfecha, como lo demuestra la experiencia de tantos países en lo que reclamos como el nuestro persisten desde hace décadas”.