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Problemas en la industria láctea uruguaya

Leche cortada

En la última década la industria láctea uruguaya cambió. La entrada de nuevos jugadores externos, sumado a la caída de algunas firmas históricas y las dificultades que atraviesan buena parte de las pequeñas y medianas empresas, plantean un escenario de mayor concentración y menor margen para la negociación. Mientras tanto, la cantidad de productores rurales dedicados a la actividad disminuye y cientos de trabajadores ven peligrar sus fuentes de empleo.

Luciano Costabel

11 | 3 | 2025


Foto: Gerardo Iglesias

La Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole) es la principal empresa de la industria láctea uruguaya. Lo ha sido desde su creación en 1936 y así se mantiene en la actualidad. El año pasado, por ejemplo, procesó siete de cada diez litros de leche remitidos por los productores y sus ventas hacia el exterior representaron las tres cuartas partes del total exportado por el sector.

Su predominancia es indiscutible. Sin embargo, en la última década ha relegado una parte ─menor─ de su peso y varias competidoras comenzaron a ganar relevancia. Por ello, los cambios ocurridos desde 2015 determinan una industria láctea concentrada en menos manos.

Así lo reflejó el informe “Cadena láctea: situación y perspectivas”, elaborado por la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Dicho trabajo analizó la participación de las principales empresas del sector en los últimos diez años. De allí surge que, en 2015, tres empresas (Conaprole, Lactalis y Petra) concentraban el 87,7% de las exportaciones lácteas, mientras que, en 2024, el porcentaje de ventas en el exterior de las tres mayores firmas había aumentado a 89,7%.

En el período estudiado por la OPYPA no sólo varió el peso de las ventas de las principales industrias hacia el exterior, sino que también se modificó su relevancia a la interna del sector.

Así, de las tres mayores exportadoras de 2015, únicamente Conaprole se mantuvo entre las principales vendedoras en 2024. Las otras dos fueron sustituidas por Estancias del Lago y Alimentos Fray Bentos.

Estancias del Lago, de la familia argentina Bulgheroni, fue inaugurada en 2015 pero no fue hasta el año siguiente que comenzó a posicionarse como un jugador de peso en el sector. Con 18 mil hectáreas y 13 mil animales de ordeñe propios, rápidamente aumentó su participación en el mercado nacional.

En 2024, la firma fue la encargada del 10% de lo exportado por el sector y recibió un porcentaje similar del total de leche remitida a la industria por parte de los productores.

Por su parte, Alimentos Fray Bentos, perteneciente al grupo agroindustrial Los Lazos de la familia argentina Boglione, comenzó a operar en 2017. Según su página web, la fábrica en Uruguay es un complemento de las actividades comerciales de La Sibila, la otra industria láctea del grupo ubicada en Argentina.

Al igual que Estancias del Lago, Alimentos Fray Bentos ganó relevancia rápidamente en el mercado nacional y en 2024 se encargó del 6,2% del total exportado. A su vez, recibió algo más del 3% de la leche remitida por los productores.


Foto: Gerardo Iglesias
Se caen

La evolución de la distribución de la leche que se remite a las plantas es otro indicativo de los cambios ocurridos en el sector. A partir de esa información es posible dar cuenta de las firmas que han crecido en los últimos años, pero también las que vienen en caída.

Uno de los hechos más significativos en este sentido fue el cierre de la empresa quesera Pili. Luego de 58 años de trabajo, la planta ubicada en el departamento de Paysandú interrumpió su actividad en 2018 tras acumular deudas por unos 60 millones de dólares.

Hasta el momento de su cierre, Pili recibía 3 de cada 100 litros de leche remitidos a la industria, su participación en las exportaciones del sector representaba un porcentaje similar y empleaba a 130 trabajadores.

El destino de Pili no es ajeno a otras firmas que, si bien se mantienen en actividad, han reducido su participación en el mercado nacional ─medido a través de la leche que reciben─ durante la última década. Tal es la situación de Claldy, Calcar, Coleme e Indulacsa.

En el caso de Claldy, ubicada en el departamento de Río Negro, pasó de recibir el 5% de la leche que se remitía a la industria, en 2015, a un 2% en 2024.

Por esta realidad, la empresa fue incluida en el Fondo de Reconversión de Industrias Lácteas (FRIL), creado en 2023 para el apoyo financiero a las pequeñas y medianas industrias dedicadas al procesamiento primario de leche.

Aun así, a finales del mes pasado, la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) emitió un comunicado en el que denunciaba que Claldy estaba amenazando con despidos y reducción salarial para los trabajadores zafrales.

Una situación parecida ocurre con Calcar y Coleme. Ambas firmas redujeron su participación en el mercado lácteo en la última década y accedieron a fondos para la reconversión.

En el primer caso, parte de los fondos fueron utilizados para la desvinculación de 90 trabajadores de la planta de Calcar en Carmelo, Colonia. La empresa tenía dos plantas en ese departamento, pero a mediados del año pasado determinó el cierre de una de ellas.

De igual modo, a principios de diciembre había planteado dificultades para el pago de salarios y aguinaldos.

Por su parte, Coleme, ubicada en el departamento de Cerro Largo, anunció a fines de enero la tercerización de su servicio de distribución de leche y la continuidad de una reestructura de su plantilla de funcionarios.

En respuesta, la Mesa Ejecutiva de la Federación de trabajadores emitió un comunicado denunciando la expulsión sistemática de los trabajadores sindicalizados de la empresa.

Finalmente, la situación en Indulacsa es un tanto particular. La firma ubicada en el departamento de Salto ha reducido la cantidad de leche que procesa, pero el grupo francés Lactalis, propietario de la planta, amplió su participación en el mercado nacional.

Además de Indulacsa, en Uruguay Lactalis es propietaria de otra planta en el departamento de Colonia, bajo la marca Parmalat.

Asimismo, en 2024, el grupo francés adquirió la firma Granja Pocha, otra empresa del rubro ubicada en Colonia dedicada a la producción de quesos, dulce de leche, yogures y crema de leche, entre otros productos.

Previo a su venta, Granja Pocha también había accedido a créditos del fondo de reconversión por 3,3 millones de dólares.

Sin respuesta sostenida

En la última década las exportaciones del sector lácteo muestran una tendencia creciente. Las ventas del 2024 fueron menores a las registradas en los últimos dos años, pero sensiblemente mayor a los anteriores.

De 2015 a 2024 las exportaciones aumentaron en casi 200 millones de dólares (de 622 a 812 millones).

Dicho crecimiento se explica por un aumento en los volúmenes exportados y una mejora en los precios de colocación de los productos uruguayos.

Los principales destinos en 2024 fueron Brasil (288 millones de dólares), Argelia (219 millones), Rusia (27 millones), Chile (25,9) y México (25,5). Entre los cinco, representaron el 72 por ciento de lo exportado. Aun así, Uruguay exportó productos lácteos por un valor mayor al millón de dólares a 41 países.

La mejora también se trasladó a los productores que, en 2024, recibieron 38 centavos de dólar por litro de leche vendida, en promedio. La cifra mejoró con respecto a la registrada entre 2018 y 2020, cuando se ubicaba en los 30 centavos de dólar por litro remitido.

Pese a ello, desde la última década se registra una caída sostenida en la cantidad de productores.

En 2015, la cantidad de establecimientos lecheros ascendía a 3.919 y eran 2.897 los establecimientos remitentes.

Para 2024, los primeros habían bajado a 3.042 y los segundos a 2.275.

Aun así, los montos remitidos a las plantas han aumentado. Esto a raíz de una mayor productividad por hectárea y una concentración de producción en mega tambos. Una modalidad que comienza a crecer en el país.

El nuevo gobierno del Frente Amplio, coalición progresista que asumió el 1 de marzo ha afirmado la necesidad de priorizar el sector. Aunque a pocos días de haber asumido, aún no hay medidas específicas.


Foto: Pablo Turcatti