Según el dirigente, cuando definieron cerrar la planta lo hicieron bajo el argumento de la caída en la hacienda, pero ahora comunicaron que extienden el seguro por desempleo al menos por tres meses más.

“Nosotros faenamos ovinos y si bien siempre hay una caída de la oferta de hacienda, en general en agosto ya retomamos la actividad por eso esta extensión del seguro nos deja en una completa incertidumbre sobre el futuro de la fuente laboral”, dijo.

A esta situación se suma que la empresa todavía adeuda aguinaldos de este año y licencias de 2022 a unos 30 trabajadores, y cuando se le exige pagarlo dilata.

“Hemos tenido varias instancias en el Ministerio de Trabajo por este tema y siguen pateando la pelota para adelante. En la última reunión, el 5 de agosto, sucedió algo insólito: el propio Ministerio propuso un plan de pago en cuotas. Es algo que no corresponde y lo rechazamos”.

Salto es el departamento del Uruguay con el índice más alto de desempleo, por lo que el cierre de esta planta frigorífica representa un impacto en la economía local, especialmente en las familias de los cerca de 180 obreros.

“Estamos hablando que de subsidio por desempleo cobramos entre 10.000 y 15.000 pesos (247 y 370 dólares). A la mayoría de los compañeros y compañeras se les está haciendo cuesta arriba subsistir, algunos inclusive están teniendo problemas con las cooperativas de crédito que son garantes de los alquileres y pueden quedarse en la calle por la falta de pago. La situación está muy complicada”, denunció Estévez.

Dyaman Meat (Agnusalto SAS) pertenece a los empresarios brasileños Joselino Lopes y Clebio Lopes.

Este último —apodado Jacaré— fue candidato, en 2022, a diputado federal por el partido União Brasil, fusión entre Demócratas y el Partido Social Liberal del expresidente Jair Bolsonaro.

El año pasado Dayman Meat (Agnusalto SAS) fue reconocida por el Banco de la República con la distinción “Esfuerzo exportador 2023” en una ceremonia a la que concurrieron, entre otros invitados, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou.

Por lo visto, el esfuerzo fue solo para la foto y los trabajadores siguen siendo los que pagan los platos rotos.