Yamandú Orsi, nuevo presidente electo
El domingo 24 de noviembre el candidato a la Presidencia del Frente Amplio, Yamandú Orsi, triunfó en segunda vuelta sobre el oficialista Álvaro Delgado, delfín del actual presidente Luis Lacalle Pou¹.
Carlos Amorín
26 | 11 | 2024
Foto: Nelson Godoy
Con mayoría en el Senado, pero no en la Cámara de Diputados —48 en 99—, la izquierda uruguaya regresa al gobierno después de cinco años durante los cuales una coalición de derecha y centro derecha manejó los destinos del Uruguay.
Llegará el momento del análisis y las perspectivas, pero ahora todavía dura la celebración, el festejo, la sonrisa fácil de un poco más de la mitad del país.
Decenas de miles de uruguayas y uruguayos se volcaron ayer a las calles de la capital, y de todas las ciudades y pueblos del interior, liberando la alegría de sentir que renació la esperanza en que el Uruguay sea nuevamente un país donde prime la cultura progresista que 15 años de gobierno anterior (2005-2020) hicieron visible y plasmaron en la conciencia de esa gran alianza policlasista que es el Frente Amplio.
Fue muy conmovedor ver la propia emoción de la gente en la calle, la fuerza con la que expresaron su alegría, su felicidad, su esperanza en un tiempo mejor.
Mejor para aquellos que vieron disminuir sus salarios con la excusa de la pandemia, mejor para los jubilados y pensionistas cuyas retribuciones bajaron, sobre todos las más básicas, mejor para los miles de niñas y niños en situación de pobreza, mejor para las víctimas de la violencia delictiva y el narcotráfico, mejor para las mujeres discriminadas por serlo, entre otros reclamos.
Fue sorprendente ver durante la noche del domingo a familias enteras recorriendo las avenidas con banderas del Frente Amplio, parejas con niños de corta edad, algunas con bebés, gente anciana, de mediana edad y muchos, muchos jóvenes.
La juventud militante, la juventud adherente, o simplemente la que votó a la izquierda tomó las calles y las llenó de colorido, de energía positiva, de esperanza en que el Uruguay sigue siendo una tierra progresista, y una nación democrática y republicana, en la cual quienes triunfaron festejaron con total respeto a quienes fueron derrotados.
No registré ningún insulto, ningún revanchismo, ninguna amenaza en las entrevistas callejeras exprés que realizaron las y los periodistas de los diferentes canales de televisión. Era solo alegría, felicidad confianza en el futuro y en la confirmación de la vigencia de los valores progresistas sobre los liberales.
En sus respectivos discursos, ambos candidatos hicieron alusión al otro Y ambos también expresaron que el tiempo político que se avecina, sin mayoría parlamentaria, será inédito en la historia reciente.
Los dos afirmaron estar dispuestos a construir lazos, puentes entre las colectividades políticas que se acababan de enfrentar para solucionar los graves problemas que acechan a la economía y la sociedad uruguayas.
Durante la fiesta callejera predominó un deseo hacia el futuro gobierno: “Que cumplan lo que prometieron”.
Nueva experiencia política, nuevos rumbos para el Uruguay, de la mano del primer presidente originario del interior en 100 años, hijo de almacenero, él mismo almacenero en su juventud, profesor de Historia en la enseñanza Secundaria, Intendente de Canelones, el departamento más poblado del país después de Montevideo, durante diez años, hijo político del ex presidente Pepe Mujica.
Todo el país, quienes lo votaron, y quienes no, estarán siguiendo con enorme expectativa los próximos pasos del nuevo gobierno de izquierda, consagrado en las urnas a contrapelo del avance de la derecha y la ultraderecha en Occidente.
Foto: Nelson Godoy