La investigación realizada por la Unia -afiliada a la UITA– sobre el servicio en los hoteles Marriott de Zúrich, una de las ciudades más caras del mundo, muestra las brutales consecuencias de la despiadada tercerización: velocidad de trabajo extrema y explotación de una fuerza laboral vulnerable.
Ello trae aparejado condiciones peligrosamente insalubres para trabajadoras, trabajadores y huéspedes.
También revela múltiples violaciones del convenio colectivo regional del sector de limpieza, que establece condiciones laborales legales mínimas.
Integrantes del personal de piso de ocho hoteles franquiciados de Marriott en Zúrich informaron tener que limpiar regularmente hasta 6 habitaciones por hora.
En uno de los establecimientos, 12 personas estaban obligadas a limpiar 300 habitaciones con el hotel completo.
Estas personas trabajaban regularmente de 12 a 13 horas diarias para cumplir con su carga cotidiana, además laborar habitualmente los fines de semana.
El personal de limpieza recibía un solo agente de limpieza potente para limpiar inodoros, pisos e incluso vidrios y no se les proporcionaba equipo de protección básico como guantes.
El personal de piso, que habitualmente está expuesto a la agresión sexual y el acoso, no cuenta con el apoyo de sus jefes de limpieza ni existen mecanismos para enfrentar la constante amenaza.
Marriott, dice Unia, no puede evadir la responsabilidad de las condiciones atroces escondiéndose detrás del sistema de franquicia y tercerizando la responsabilidad junto con las operaciones.
Solo se puede lograr que se garanticen condiciones laborales decentes y habitaciones de calidad para los huéspedes si se emplea directamente al personal de limpieza y a otros integrantes del personal que son víctimas de la implacable carrera descendente de las tercerizaciones.