El inicio de su gobierno se vio marcado por despidos masivos de quienes consideraba familiares de dirigentes del anterior partido gobernante, y la supresión de cinco Secretarias de Estado que juzgaba innecesarias o dedicadas a la actividad partidaria, como las de Planificación e Inclusión Social.
Muchos de las personas despedidas fueron siendo anunciadas con nombre, apellido y supuesto lazo de familiar mediante mensajes de Twitter.
En materia de relaciones internacionales, el presidente Bukele también ha dado mucho que hablar con motivo de la asamblea anual de las Naciones Unidas en septiembre, al calificar de obsoleto ese formato de funcionamiento y pronunciar un discurso en el que omitió referirse a los grandes problemas del país.
Previamente, aprovechó para reunirse con el presidente Donald Trump y definir un acuerdo sobre tercer país seguro.
El ministro de Trabajo, Rolando Castro, un ex sindicalista del sector municipal, que apoyó al conservador Partido Arena, mandó dos claros mensajes.
El primero fue la reactivación del organismo tripartito consultivo Consejo Superior del Trabajo, donde se mostró cordial con las gremiales empresariales para que estas se sumaran a dicho organismo, que estuvo más de 6 años sin funcionamiento.
En segundo lugar, registró a una nueva dirigencia en el sindicato del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, uno de los más importantes del país, sustituyendo a la actual dirigencia, que se mantenía en vigencia hasta noviembre.
Por otra parte, argumentando problemas de salubridad, mandó a cerrar varias cafeterías de la cadena Mister Donut, propiedad del empresario Fito Salume, un conocido rival empresarial del actual presidente.
Como parte de las recompensas que el vecino del norte ha brindado a la alineación del nuevo gobierno en materia internacional, el Ministerio de Trabajo está administrando la aplicación de una serie de visas para trabajar en el sector agrícola en el estado de Arizona.
Sin embargo, hasta el momento pende de un hilo el estatus temporal para cerca de 200.000 salvadoreños y salvadoreñas que desde el año 2000 están registrados bajo el programa conocido como TPS y que se extenderá hasta enero de 2021.
Los sondeos de opinión indican que la fuerte popularidad del nuevo gobierno se ha mantenido, e incluso ha aumentado.
Pero la facilidad con que hace anuncios en Twitter le ha llevado al presidente a cometer varios deslices, desde polémicas con adversarios políticos hasta reclamos y advertencias a los grupos de pandillas cuando se incrementan los homicidios y los delitos en el país.
El llamado “Plan Control Territorial” ha implicado un notable despliegue de fuerzas de la Policía y el Ejército. En el mismo período los homicidios han bajado de un promedio diario de 10 a 5, pero con días de mucha tensión y repunte de los crímenes.
Bukele apuesta sin ocultarlo al fortalecimiento de los partidos que le apoyaron (GANA, Nuevas Ideas, y CD) para conformar en marzo de 2021 una bancada parlamentaria que le permita gobernar más cómodamente hasta 2024.
Periodistas de varios medios han estado bajo constantes ataques, hostigamiento y hasta amenazas en las redes sociales de parte de supuestos seguidores del presidente.
Así las cosas, los primeros 100 días han tenido más tuits que resultados concretos.