Según la ley, que entrará en vigencia en abril de 2019, las víctimas no estarán obligadas a presentar pruebas de violencia y tendrán acceso a condiciones laborales flexibles para facilitar su seguridad.
El texto reconoce que la violencia doméstica puede afectar el lugar de trabajo, haciéndose eco de los debates que tuvieron lugar este año en la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), donde la Comisión Normativa decidió que la lucha contra el acoso y la violencia requiere un convenio, complementado por una recomendación.
La legislación destaca la necesidad de tomar medidas para abordar los efectos de la violencia doméstica en el mundo del trabajo en el debate de la próxima CIT, donde la participación y los aportes sindicales serán decisivos.
Las afiliadas a la UITA en Nueva Zelanda consideraron como un avance trascendente el paso dado por el parlamento.
“Habíamos negociado la licencia por violencia doméstica para nuestros miembros en el casino SkyCity el año pasado, pero nos enfrentábamos a muchos años de negociación para ampliarlo a todos nuestros convenios sindicales”, apuntó Unite Union.
“Tenerlo legislado como un derecho laboral básico asegurará que todas las trabajadoras y trabajadores tengan acceso inmediato a ese beneficio, y ayudará a eliminar el estigma de pedir y recibir apoyo cuando se enfrente violencia doméstica”.
First Union dijo a su vez que si bien ha logrado introducir cláusulas sobre violencia doméstica en muchos convenios colectivos, la ley facilitará las cosas a futuro.
“Estamos muy agradecidos en nombre de quienes integran nuestro sindicato y han sufrido violencia doméstica, y como organización que lucha en favor de que esas cláusulas sean incluidas en los contratos de trabajo. Los empleadores tienen la responsabilidad de proteger a sus trabajadoras y trabajadores y esto agrega una protección adicional”.
“La violencia doméstica nos afecta a todos. Esta legislación ofrece un camino para las víctimas que a menudo se enfrentan a limitaciones financieras cuando tratan de salir de una situación abusiva”, declaró el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Carne.
Nueva Zelanda tiene una de las tasas más altas de violencia doméstica entre los países desarrollados.