Además de recortar el presupuesto de salud, educación y lucha contra la desnutrición infantil −cinco de cada diez niños y niñas menores de 5 años sufren de desnutrición crónica− los diputados oficialistas redujeron los fondos destinados a la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).
Pese a la violenta represión policial que dejó un saldo de decenas de manifestantes heridos y encarcelados, la protesta no ha parado. La gente en las calles exige ahora la renuncia del ministro de Gobernación y del titular de la Policía.
Ante el rechazo generalizado al presupuesto 2021, Giammattei optó por buscar apoyo internacional invocando la Carta Democrática de la OEA, mientras que la junta directiva del Congreso y algunos jefes de bancada prefirieron retirar el cuestionado decreto.
Además, se está planteando la posibilidad de convocar un supuesto diálogo nacional, y se ventila la idea de prorrogar el presupuesto del 2020.
En fin, todas medidas paliativas que sirven para ganar tiempo y aplacar los ánimos enardecidos de amplios sectores de la población.
Sin embargo, la aprobación del presupuesto sólo fue la gota que derramó el vaso. El hartazgo de la población ante un sistema económico y político corrupto y excluyente lleva a Guatemala cada vez más cerca de una erupción social.
“Es un tema añejo y muy profundo. Tiene que ver con instituciones y poderes del estado que no funcionan y que están totalmente cooptados por las élites corruptas que controlan el país.
De esta manera generan sus propios círculos para defender sus propios intereses. No les importa la población.
Desde que lograron deshacerse de la Cicig1, lo que han hecho es garantizar la institucionalización de la corrupción y asegurar de que haya impunidad absoluta”, dijo a La Rel, Carlos Luch, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Embotelladora Central (Stecsa).
Para él, el presupuesto que aprobaron refleja exactamente esta mentalidad, y el pueblo ya no aguanta más tanta injusticia que mantiene a más del 60 por ciento de la población en la pobreza.
“La población asistió a cómo se endeudaba el país para atender la pandemia, pero no vio ningún resultado y sigue preguntándose ¿dónde está el dinero?
Vio la incapacidad y la ineficiencia del gobierno ante la llegada de los huracanes Eta y Iota. Casi tres semanas después aún hay personas que no han recibido ningún tipo de atención.
Todo esto ha generado un gran hartazgo en la población que está reaccionando. Cambiar el presupuesto no es suficiente. Si no hay cambios estructurales los procesos de lucha van a continuar”, concluyó Luch.
En Managua, Giorgio Trucchi | Rel UITA
1 Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala
