SOBERANÍA ALIMENTARIA

El TLC ha puesto a los campesinos entre la espada y la pared

970: Las semillas para las transnacionales

Con Victoria Solano
El TLC ha puesto a los campesinos entre la espada y la pared
970: Las semillas para las transnacionales
 
20140129 victoria solano-610
Foto tomada de Youtube

La periodista y directora del estupendo documental 9.70*, explicó en diálogo con La Rel cuál es la situación actual del campesinado colombiano, después de un año de paros agrarios y fuertes movilizaciones. La Resolución 970, verdadero manual de exterminio campesino, está aún en el centro del debate.

 
-¿Qué está ocurriendo actualmente con la Resolución 970?
-El pasado agosto se logró que la 970 quedara «congelada», según el término utilizado por el gobierno.
 
Esto fue lo que se afirmó públicamente, lo que se le trasmitió a la sociedad desde el Poder Ejecutivo. Sin embargo ese concepto no existe en la legislación colombiana, y cuando investigamos en el terreno qué estaba sucediendo, comprobamos que, de hecho, la resolución se continúa aplicando.
 
En las consultas regionales organizadas por el gobierno para divulgar el contenido de la Resolución no se ha convocado a los dirigentes que participaron en el paro agrario del año pasado, sino solo a campesinos de base.
 
Quiere decir que la supuesta «congelación» de la 970 fue un show, una mentira lanzada para calmar al movimiento social que reclamaba su eliminación.
 
No solo se sigue aplicando la primera versión que levantó las protestas, sino que el gobierno está preparando una nueva versión «recargada» -como ya le llaman algunos- que empeora aún más las cosas.
 
El negocio de las semillas y
la catástrofe agraria
 
-¿Qué organismo impone la 970? ¿Es el Congreso?
-No, es el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), un organismo técnico dirigido por funcionarios nombrados por el Poder Ejecutivo. Esta resolución no pasa por el Congreso, no tiene rango de ley.
 
-¿Cuáles son las consecuencias de su aplicación?
-La primera es que los campesinos ya no pueden seleccionar semillas de sus cultivos para volver a plantar como lo han hecho siempre, sino que deben comprar semillas certificadas cada año.
 
De esta manera el Estado está promocionando semillas que producen las transnacionales y obliga a los campesinos a comprarlas. Pero estas semillas no tienen garantía de adaptación a nuestras tierras y climas. La consecuencia es que cuando los cultivos fallan los campesinos pierden todo y no tienen dónde ni a quién reclamar. La Resolución no contempla ninguna de esas eventualidades y no da garantías a los campesinos.
 
El gobierno ha llegado al extremo de destruir toneladas de semillas nativas para obligar a los campesinos a comprar las certificadas de las transnacionales.
 
Eso ha ocurrido por ejemplo en la región de Córdoba, donde los productores algodoneros compraron la semilla certificada, pero en virtud del clima característico de la zona los cultivos fracasaron. Ahora se encuentran en una gran desesperación, ya que antes de la siembra, en aplicación de la 970, el ICA recogió toda la semilla nativa ya adaptada a esas condiciones y la destruyó.
 
Al servicio de Big Brother
La nueva esclavitud
 
-Es prácticamente un exterminio de las semillas nativas colombianas de los cultivos básicos…  
-Es una política dirigida a beneficiar a los grandes empresas, sean colombianas o transnacionales, y que acaba con una práctica ancestral que no solamente es importante para los campesinos, sino también para toda la comunidad, ya que estamos perdiendo especies que ya no se podrán reproducir.
 
Perdemos variedades de cultivos tradicionales que son sustituidas por variedades certificadas como más productivas, pero no como las más nutritivas o las más sabrosas, o las más adaptadas a microclimas especiales o extremos donde se contaba con semillas nativas.
 
-¿Qué relación tiene esta política con la firma del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia?
-Una relación directa, ya que una de las condiciones que le impuso Estados Unidos al gobierno de Colombia para la firma del Tratado fue un acuerdo de “protección” de semillas, o mejor dicho, de las patentes registradas por las transnacionales para sus semillas.
 
-¿Cómo podrá continuar esta lucha contra la Resolución 970?
-Los campesinos están sumidos en la miseria por la aplicación de esta política agrícola, y han luchado intensamente todo el año pasado contra ella. El TLC los tiene contra la espada y la pared.
 
Hoy es una lotería sembrar en Colombia porque todos pierden por más que inviertan comprando semillas certificadas. Los paros agrarios del pasado año se suponía que habían logrado cambios, pero el gobierno les falló en todo lo que habían acordado, incluso acusándolos de moverse por intereses políticos.  
 
Pienso que la única manera de modificar esta situación es que la comunidad colombiana se una en apoyo a los campesinos, se movilice exigiendo que se cumplan primero los acuerdos ya alcanzados, y luego que se atiendan las demandas campesinas de fondo.