SINDICATOS

Un silencio transformado en grito

Saludo de Patricia Alonso a todas las mujeres trabajadoras

Día Internacional de la Mujer
Un silencio transformado en grito
 
En este día tan especial, quiero enviar mi saludo a todas las mujeres trabajadoras. Las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, de idioma, culturales, económicas y políticas, nos unimos en este día para reflexionar acerca de tantos años de lucha en pro de la igualdad, la dignidad, la justicia, la paz y el desarrollo.
 
Parecería que desde el principio de la historia se nos ha querido confinar a un lugar invisible, silencioso, en donde nuestra labor –si bien es útil– en raras ocasiones es reconocida y valorada.
 
Pero ese silencio se fue transformando en grito agolpado en nuestras gargantas, y su estallido finalmente resonó en cada una de las luchas que hemos emprendido, buscando el lugar que por derecho merecemos.
 
Hoy, el mundo es testigo de nuestro protagonismo, hoy renegamos de una actitud invisible, útil y funcional a un sistema que no nos incluye, no nos escucha, no nos respeta…
 
El mundo es para todos, sin distinciones, en igualdad de condiciones. En él nuestras opciones deben ser voluntarias y nuestra voz debe ser escuchada.
Por todas aquellas que alguna vez enarbolaron estas banderas y dejaron sus vidas en pos de la lucha por la igualdad, sigamos adelante, con la organización y la acción sindical tendiente a la planificación de estrategias que permitan alcanzar nuestro objetivo.
 
“… el día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de
la tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados. Que haya una sola clase de ser humano: los que trabajan. Que no exista ningún otro privilegio que el de los niños; que los gobiernos de las naciones hagan lo que los pueblos quieren; que cada día los humanos sean menos pobres y que todos seamos artífices del destino común. No puede haber amor donde hay explotadores y explotados.  Aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán, como bandera, a la victoria.” Eva Perón.