Los trabajadores padecen condiciones laborales dignas de la época del feudalismo agrario cafetalero
Hotel y Resort Las Veraneras
“Cuando el rey habla,
los súbditos callan”
los súbditos callan”
En el Hotel y Resort Las Veraneras de El Salvador los trabajadores padecen condiciones laborales dignas de la época del feudalismo agrario cafetalero.
Jorge Zedán -o “don Koky”, como se le recuerda cariñosamente, fue un empresario salvadoreño que a mediados de los años ochenta fundó Canal 12 y desarrolló empresas como Jardines del Recuerdo, Saltel, Ópticas Franklin y Hotel Las Veraneras, entre otras.
Zedán tenía fama de ser uno de esos emprendedores progresistas que durante el conflicto armado que vivió el país promovió una solución negociada tanto desde el ámbito público como desde el más privado y discreto.
Desde Canal 12 desarrolló un estilo de comunicación democrático y participativo, dando oportunidades a una generación de jóvenes periodistas entre los que destacó el actual presidente de la república Mauricio Funes Cartagena.
Los trabajadores del Hotel Las Veraneras lo recuerdan con afecto especial por su trato directo y cordial, los bonos adicionales al aguinaldo que les daba a fin de año y el saludo personal que les brindaba a cada uno de ellos, ya fueran jardineros, camareras o personal de seguridad y oficina.
Los pobladores de la playa Los Cóbanos -donde se ubica Las Veraneras– también lo añoran, por la fiesta que organizaba cada año para los niños de la zona o las obras que realizaba, como una escuela a la que dotó de conexiones a los servicios de agua potable.
En una sociedad oligárquica, donde el clasismo y la segregación acompañan la opresión económica, Jorge Zedán destacaba por su estilo humanista.
Desde que el empresario falleciera, en marzo de 2012, quien se hizo cargo de sus negocios –Larry Alberto Zedán, uno de sus hijos- rompió con ese estilo, y los trabajadores de Las Veraneras empezaron a sentir cómo sus condiciones laborales se fueron deteriorando, al igual que el trato que les era dispensado.
Un par de meses atrás un trabajador de mantenimiento fue despedido luego que “Don Larry” le preguntara por qué no había conectado un cable y él le respondiera que no lo había hecho porque no tenía herramientas ni material apropiado.
Cuando el trabajador preguntó la razón de su despido, el gerente del hotel, Luis Castillo, se limitó a decirle:“Cuando el rey habla, los súbditos callan”.
También se terminaron el servicio de agua potable a la escuela pública, el bono de fin de año, las fiestas en la playa y los saludos fraternos a los empleados.
Más bien pareciera que el hotel hubiese transitado hacia la época del feudalismo agrario cafetalero, cuando los dueños de las fincas se sentían reyes y trataban como vasallos a sus trabajadores.
Una vez que los trabajadores de Las Veraneras sintieron el deterioro de sus condiciones de trabajo comenzaron discretamente a organizarse gremialmente en el SITIGHRA, que agrupa a empleados de varios hoteles salvadoreños.
También acudieron a otras instancias. En abril pasado denunciaron sus condiciones laborales en el programa radial “Conversando con el presidente”, que todos los sábados anima Mauricio Funes.
El mandatario prometió una inspección meticulosa del hotel, que el Ministerio de Trabajo concretó el 30 de abril.
La inspección determinó que la empresa debía 17 mil dólares a 59 trabajadores por concepto de no pago de vacaciones, feriados, horas extras, horas nocturnas y tiempo compensatorio, y ordenó que la situación fuera subsanada.
Sin embargo, la empresa se negó a cancelar la deuda.
Cuando los inspectores regresaron para comprobar si las infracciones habían sido levantadas, el gerente Luis Castillo los recibió junto a su jefe de seguridad -armado con una escopeta- y les dijo que no les permitiría el ingreso. Como si estuviera en una finca cafetalera del siglo pasado.
Desde entonces, los trabajadores sindicalizados han acudido a otras instancias, incluida la Fiscalía General de la República, a denunciar al empleador por el delito de “desobediencia de particulares”.
La respuesta de la empresa fue despedir al presidente del sindicato SITIGHRA, cuya reposición fue ordenada por las autoridades.
Todo indica que Larry Zedán planea deslindarse de las deudas que el hotel mantiene con sus trabajadores, muchos de los cuales llevan más de 12 años en Las Veraneras, con el claro objetivo de deshacerse del sindicato, cosa que a estas alturas es legalmente imposible.
Fraguando una estafa
A mediados de junio, el abogado del hotel y del grupo empresarial, Carlos Rodríguez Salazar, funcionario del Ministerio de Trabajo durante los gobiernos conservadores-neoliberales, reunió a todos los trabajadores para decirles que serían contratados por una nueva empresa y que para eso debían renunciar a sus anteriores empleos y firmar documentos señalando que no tenían deudas para cobrar.
Los trabajadores rechazaron la propuesta y se levantaron de la reunión.
Tiempo después se pudo comprobar que Zedán había creado dos nuevas empresas: Complejo Residencial Las Veraneras y Hoteles y Restaurantes Las Veraneras.
El abogado Rodríguez Salazar, que se promociona como un experto en relaciones de trabajo bajo el régimen de subcontratación, se propone transferir a las dos nuevas firmas los pasivos laborales de las viejas empresas, sin garantías de pago para los trabajadores.
La solidaridad en acción
Pese a todas estas amenazas, los trabajadores sindicalizados del Hotel y Resort Las Veraneras cuentan ya con el apoyo decidido de las organizaciones sindicales del sector alimentos aglutinadas en la FESTSSABHRA, la cual a su vez es afiliada de CSTS y de la UITA.
Organizaciones como el Movimiento Popular de Resistencia 12 de Octubre y el Frente Sindical Salvadoreño anunciaron a su vez que harán presencia activa y militante en las propias instalaciones del hotel e impulsarán una campaña de boicot mientras su propietario continúe violentando los derechos laborales.