“El Convenio 190 y la recomendación redactada para su aplicación llevó un largo proceso de discusión y debates previos a esta 108 reunión y durante la misma. Estuvimos varios días, hasta 15 horas de trabajo por jornada para poder concluir la redacción de un documento que se aprobó el último día”, recordó Juana.
La dirigente, que fue también en representación de la CGT argentina, destacó la asesoría de las oficinas técnicas de la OIT y también de los asesores que cada delegación presentó para llegar a una redacción que tuviera consenso.
“La parte trabajadora hizo una gran labor de cabildeo junto a sus gobiernos para que pudiéramos volver con este Convenio y su recomendación”.
Para Juana, el 190 es un convenio positivo y aunque no cree que sea la solución única para la eliminación de la violencia contra trabajadores y trabajadoras lo considera un instrumento valioso sobre todo para las organizaciones sindicales que bregan por la defensa de los derechos obreros.
“Este convenio no va a erradicar mágicamente la violencia que puedan sufrir mujeres y hombres en sus lugares de trabajo, pero sí será una importante herramienta para que los países puedan adoptar medidas o leyes que contemplen la prevención y eliminación de la violencia y el acoso laboral”, apuntó.
“Este ha sido un primer paso –continuó– ahora la lucha sigue para que cada Estado ratifique el convenio y luego seguirá cuanto toque implementarlo”.
Juana destacó la participación activa de la Rel UITA, que con sus organizaciones afiliadas realizó una labor de concientización y de presión hacia los diferentes gobiernos en América Latina.
“El apoyo continuo de la Rel UITA a sus afiliadas y las distintas actividades desarrolladas fueron fundamentales. En Argentina la Regional efectuó varios talleres sobre violencia y género, gracias a ello llegamos a la OIT empoderadas para aportar en la aprobación del Convenio 190.
Reitero, el apoyo de la FITH y la UITA fue muy importante.