-¿Preocupa la situación que atraviesa Panamá?
-Sí, principalmente la problemática que tenemos con la Caja del Seguro Social, donde hay rumores de cambios en la legislación que la regula y también sobre una posible privatización del ente.
Esto puede traer un incremento en la edad jubilatoria y en la densidad de cuota, lo que reduciría nuestros ingresos netos cuando lleguemos a edad de jubilarnos.
-Los servicios prestados actualmente por la Caja son malos. ¿Crees que forma parte de una estrategia para justificar su privatización?
-Es posible, claro. En los últimos años hemos observado cómo se han ido organizando cambios que los propios gobernantes de turno van imponiendo para burocratizar y precarizar el servicio ofrecido.
No hay medicamentos, las citas médicas o las cirugías pasan por una serie de procesos que enlentecen todo, por lo cual los trabajadores o las trabajadoras que tienen a su alcance económico utilizar la salud privada migran hacia esa atención.
Es común encontrar que los médicos que trabajan para clínicas privadas son los mismos que lo hacen en el servicio público. Cuando tienen que atender a los trabajadores de la Caja no tienen la misma celeridad que cuando lo hacen en sus instituciones privadas.
Entonces creo que hay un propósito claro en todo esto.
-En Nestlé Panamá, ¿cómo sigue todo?
-Hemos cerrado un nuevo acuerdo colectivo de condiciones de trabajo en febrero que mantuvo las conquistas ya alcanzadas y mejoramos en otras áreas.
Por lo general se cumplen las cláusulas acordadas, a veces de forma lenta pero al fin y al cabo el sindicato está marcando siempre de cerca para que la empresa cumpla. No es tarea fácil.
-¿Cuáles son los retos que se plantea el SITEA?
-Nuestro desafío principal es mantener los puestos de trabajo. También apuntamos a que las negociaciones con Nestlé sean consensuadas y a través de un diálogo respetuoso, siempre y cuando la empresa lo permita.
En Panamá, Gerardo Iglesias