La Liga se conformó como una red sindical en 2013 para exigir justicia a las grandes empresas en Centro y Suramérica, el Caribe y Asía y plantean que es necesario construir el poder de la solidaridad internacional obrera.
“Somos organizaciones sindicales que por años hemos enfrentado los múltiples abusos laborales que afectan a millones de trabajadores alrededor del mundo en las industrias de manufactura conocidas como ‘maquiladoras’, ‘zonas francas’ o ‘export processing zones’”, señaló la Liga en su manifiesto fundacional.
Y agrega: “nos hemos unido para decir que, a pesar de todas las dificultades (,,,) hemos logrado conformar sindicatos de trabajadoras y trabajadores”.
“Nuestras organizaciones sindicales luchan tenazmente, día tras día, negociamos acuerdos colectivos, abogamos y exigimos el respeto a los derechos de nuestras afiliadas y afiliados frente a todo tipo de abusos y creamos alianzas internacionales para llegar con nuestra voz hasta los consumidores de los productos que fabricamos, cuando las condiciones así lo demandan”.
En ese marco de resaltar las penosas condiciones de trabajo en las maquilas, la Liga denunció la persecución que sufre SITRAWINNERS, el sindicato de Winners, en especial su secretaria general, Odilia Caal Có, que ha sufrido brutales ataques en marzo y septiembre que le han provocado graves lesiones, incluida la fractura de una costilla que le lesionó un pulmón.
El último ataque, que tuvo lugar el 7 de septiembre, se produjo porque Wniners se resistía a aceptar el reintegro de unos trabajadores que habían sido despedidos dos años atrás y cuya reincorporación había ordenado la justicia.
La empresa logró entonces manipular a un grupo de empleados aduciendo que si los trabajadores eran reintegrados se corría un riesgo de cierre de la compañía o al menos el atraso en el pago de los salarios.
Ese grupo secuestró a Odilia y la agredió a golpes y patadas.
En el momento del ataque, uno de los coreanos dueños de la maquila abandonó la planta dejando campo libre para que sus gánsters de recursos humanos “agilizaran” el papeleo de la renuncia de los trabajadores que debían ser reintegrados, denunció entonces la Federación Sindical de Trabajadores de la Alimentación, Agroindustria y Similares (Festras).
“La dirección de la empresa es extremadamente violenta y está dispuesta a todo para terminar con el sindicato”, afirmó la Federación.
La salvadoreña Estela Marina Ramírez, presidenta global de la Liga, animó a los integrantes del SITRAWINERS a continuar en la lucha por la libertad sindical y los derechos humanos laborales”.
“Estaremos atentas a responder a cualquier llamado de solidaridad del sindicato, su federación y la Rel UITA. La solidaridad internacional es aún más importante en este contexto de pandemia, y deben saber las compañeras que no luchan solas, las organizaciones internacionales estaremos vigilantes de lo que ocurra en este caso”.
Una nota publicada el 21 de septiembre pasado por la Rel UITA culminaba de la siguiente manera: “Esta maquiladora se ubica en el municipio de Mixco, a unos 20 kilómetros del centro de Ciudad de Guatemala, y a una distancia enorme, ancha y profunda de toda dignidad humana”.
En El Salvador, Gilberto García