Consultada acerca de cuáles son sus planes de trabajo en el corto plazo, la dirigente remarcó la necesidad de realizar una labor específica con los trabajadores y trabajadoras migrantes de la región.
“Conocemos varios casos de asalariados rurales que cruzan la frontera con Uruguay y van a trabajar al campo, en la actividad que sea y llegan sin documentos y sin ningún tipo de garantías.
Registramos casos de personas que se acercaron a nosotros para denunciar que estaban trabajando en condiciones análogas a la esclavitud y tuvimos que pedir ayuda jurídica porque la situación excedía al sindicato”, lamenta.
“Me gustaría mucho hacer, superada la crisis sanitaria, alguna actividad con asalariadas y asalariados rurales migrantes. Es un tema que preocupa y que debe ser colocado como prioritario”.
Sobre el trabajo con las mujeres, Felicia reconoce en el Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (Clamu) una herramienta fundamental para acercar a más asalariadas al sindicato y ampliar acciones con perspectiva de género.
“Este es un medio muy machista, y fue gracias a las primeras reuniones y talleres que desarrollamos junto al Clamu, la Rel UITA y la Federación de Trabajadores Rurales de Rio Grande do Sul (Fetar-RS) que muchas de nosotros nos animamos a participar de las actividades sindicales”, cuenta.
“Varias de estas compañeras que hoy forman parte de la directiva se acercaron a partir del trabajo que la Rel UITA y el Clamu realizaron en 2019 con las trabajadoras rurales de la región”, asegura.
Felicia es una participante fiel de las reuniones, seminarios y talleres virtuales que organiza el Clamu desde el 2020.
“El Clamu me abrió muchas puertas y yo las aproveché. Me siento más empoderada desde que formo parte activa del comité y más cerca de mis compañeras mujeres de Brasil y América Latina”.