La prepotencia y arrogancia de las empresas brasileras se manifiesta con tenacidad tanto en Costa Rica como en Uruguay.
Están acostumbradas a actuar de forma despótica, violentando derechos fundamentales y elementales normas de convivencia y de respeto humano.
En Costa Rica, Chiquita Brands despidió a todo su personal en Puerto Limón.
Lo hizo sin previo aviso, violando la convención colectiva, los acuerdos con el sindicato y la normativa nacional e internacional adoptada por el Estado. Los trabajadores y trabajadoras fueron notificados por WhatsApp que habían sido despedidos.
Se valieron de la complicidad del gobierno, su forma de administrar ajena a la gente, a sus problemas y desafíos. A esa administración pública el único bienestar que le interesa es el de las grandes compañías y sus negociados.
Las compañías transnacionales han crecido, ocupan mayores cuotas del mercado global, tienden a controlarlo todo y a todos.
Son las que defienden el achicamiento al mínimo del Estado, salvo el aparato represor.
En Uruguay, Petrobras, que está a cargo de un servicio público como el gas por cañería, con el cual no cumple, está despidiendo de a poco a todo su personal en función de su plan de abandonar el país al menor costo posible.
Los trabajadores de la empresa realizaron hasta hoy miércoles 29 una huelga de hambre durante varias semanas y se aprestan a ir a la huelga por tiempo indeterminado.
Desde la UITA apoyamos la lucha de las trabajadoras y trabajadores de Petrobras.
¡La lucha paga!