Lacelle se acerca al lugar donde estamos recogiendo los testimonios de las personas que fueron despedidas por Chiquita Brands Costa Rica. Se sienta, me mira, se ve que tiene ganas de hablar, de sacar lo que, desde hace más de una semana, tiene adentro.
Trabajó más de 15 años como técnico en refrigeración en el departamento de operaciones portuarias de Chiquita en Limón.
Salió ileso del recorte de personal que Chiquita llevó a cabo en el 2010, pero, como todos sus compañeros y compañeras, fue despedido de manera abrupta e ilegal a inicios de marzo.
“El sábado 2 de marzo entré a trabajar a las 6 de la tarde porque estoy estudiando. Miré que estaban sacando contenedores de la terminal, pero no me preocupé.
Los jefes nos habían dicho que iban a dejar el predio vacío porque venía un cargamento de más de mil nuevos contenedores.
Comencé a sospechar algo cuando me dijeron que no fuera a trabajar el domingo. La excusa fue que la fruta ya había sido trasladada al puerto”.
El domingo por la mañana Lacelle fue a clases en el preuniversitario que cursa, uno de los tantos beneficios garantizados por el convenio colectivo firmado entre el Sintracobal y Chiquita Brands.
A las 3 de la tarde regresó a la casa y fue a descansar. Una hora después le llegó un mensaje de Chiquita avisándole que estaba despedido.
Se comunicó con varios compañeros y todos habían recibido el mismo mensajito por WhatsApp. El lunes 4 fueron al trabajo y encontraron los portones cerrados con cadenas y candados.
Su mundo se derrumbó.
“Tengo tres hijos. Además de sus estudios normales, los tres estudian música. Con el mayor estábamos viendo la posibilidad de que fuera al conservatorio en Heredia. Todo esto ahora se vuelve imposible.
Conseguir trabajo en Limón es muy difícil. Lo poco que hay es trabajo precario, con pésimas condiciones laborales, bajos sueldos y sin ninguna garantía.
Lo que nos hizo Chiquita fue una canallada. Trabajamos años para que la empresa avanzara y se consolidara. Ahora nos patea como si fuéramos un balón de fútbol.
Esto es lo que hicieron con nosotros. ¡Nos trataron como escoria!”.
Lacelle agradeció al sindicato y a las demás organizaciones amigas, entre otras la Rel UITA, por el esfuerzo que están haciendo para que esto no quede así.
“Agradezco al Sintracobal y a todas las organizaciones que nos acompañan el apoyo que nos están brindando.
De no estar organizados ya estaríamos acabados”.
En Limón, Giorgio Trucchi | Rel UITA