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Sitrabi 73 años de historia y lucha
Con Noé Ramírez

“Llevo en la sangre la lucha contra el poder capitalista”

Noé Ramírez | Foto: Gerardo Iglesias

-Empezaste a trabajar en el banano a los 20 años, pero naciste muy lejos de Izabal.
-Sí, en el departamento de Chiquimula. Cuando yo tenía seis meses mi padre, que era presidente de una mesa agraria bajo la presidencia de Jacobo Arbenz, debió huir para evitar que lo mataran y se fue a la zona bananera.

Yo crecí allí, hice la escuela y a los 20 años comencé a laborar en Bandegua, que ya era filial de Del Monte.

-¿Influyó la historia de tu padre en que fueras dirigente sindical?
-Sin duda. Mi padre luchaba por la gente, por la tierra, contra el poder capitalista, y eso lo llevo en la sangre.

-Ingresaste a las filas del sindicato al poco tiempo de laborar en las fincas…
-Sí, ocupé diversos cargos en Sitrabi. En 1994 me eligieron secretario general del comité de Motagua, y en 2000 secretario general del comité ejecutivo, hasta el año pasado, en que me retiré por razones de salud.

Ya no quería seguir a pesar de que los compañeros me lo pedían. Debía convertirme en un dirigente de oficina, detrás de un escritorio, viendo sólo papeles, perdiendo el relacionamiento con la gente en su lugar de trabajo. Eso va contra mi naturaleza.

Yo pienso que los sindicalistas debemos ir al campo, a los centros de trabajo, a las cuadrillas, a las plantas de empaque. Es lo que trato de inculcar a las nuevas camadas de dirigentes, y por suerte lo están haciendo. Hay que desconfiar de los dirigentes que no salen de la comodidad de su oficina.

-En todos estos años ha habido cambios para bien en el sector bananero.
-Logramos cosas muy importantes, como dar vuelta por completo el pacto colectivo que regía hasta el año 2000 y que era muy nocivo para los intereses de los trabajadores.

Logramos mejorar las condiciones de trabajo, que se reconocieran las horas extraordinarias y conquistamos incrementos salariales importantes.

-Venían de un período muy duro.
-Sí, en 1999 se registraron dos grandes huelgas, una de 39 días y otra de 28 y muchos compañeros de la dirección del sindicato debieron exiliarse.

-En 2007 asesinan a tu hermano, Marco Tulio Ramírez, que era secretario de Cultura y Deportes del Sitrabi.
-Lo acribillan a balazos en la puerta de su casa. A mí también me persiguieron y fue gracias a las organizaciones sindicales, entre ellas la UITA, que estoy vivo. Llegaron a ponerme guardia policial gracias a esas presiones.

A pura lucha y negociando siempre

-Sitrabi creció en cantidad y calidad, se posicionó mejor a nivel nacional e internacional, lo cual Del Monte hoy reconoce.
-Se ganó con la lucha y la participación de mucha gente.

Los empresarios sabían que yo no dudada en denunciarlos internacionalmente, y eso les dolía. Una vez en Londres hice público que estaban por despedir a 600 trabajadores enfermos, algunos de ellos con cáncer. Bueno, dada la presión y la solidaridad internacional no despidieron a ninguno.

-¿Qué representó la UITA en toda tu trayectoria sindical?
-Cuando en el año 2000 nos quedamos solos negociando un pacto colectivo y la compañía quiso aplastarnos, la dirección de la UITA le dijo claramente a Bandegua que si no retomaban inmediatamente la negociación con Sitrabi perderían sus mercados y al final logramos uno de los mejores pactos colectivos de nuestra historia.

Cuando asesinaron a mi hermano la Regional hizo lo mismo para proteger mi vida, tú viajaste varias veces a Guatemala y se montó una campaña internacional.

La UITA ha sido, en definitiva, fundamental en mi experiencia sindical.