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Detrás de los incendios en Australia

La sabiduría del bombero sindicalista

Se puede hallar un crisol de causas en cada uno de los desastres ambientales, pero hay una que siempre es dominante: los intereses económicos. Así como las guerras son un negocio para algunos, las catástrofes ambientales también lo son, y a menudo para los mismos. Fingen ignorancia, se escudan detrás de “principios tradicionales”, o simplemente, actúan desembozadamente. Hasta que un trabajador, una trabajadora, pone los puntos sobre las íes. Los incendios en Australia no son la excepción.

El jueves 16 finalmente la lluvia ha comenzado a caer en el oeste australiano mitigando en parte la potencia de los incendios que asolan la isla desde septiembre pasado, y que recrudecieron en las últimas semanas como consecuencia de altas temperaturas, fuertes vientos, prolongada sequía y falta de previsión y eficiencia política.

Aunque se espera que las precipitaciones continúen, se estima que no serán suficientes para extinguirlos completamente. No obstante, ya se aprecia una disminución en la cantidad e intensidad de los fuegos forestales.

Vida quemada

El balance provisorio que se puede hacer hasta ahora indica que se han quemado 11,5 millones de hectáreas, se han perdido 29 vidas humanas y centenares de millones de animales, así como miles de viviendas.

En la pasada semana se evacuaron 100 mil personas y se anunciaba la evacuación de otras 240 mil.

Los francotiradores autorizados por el gobierno ya han sacrificado unos 5 mil camellos, la mitad de los que deberían ser eliminados en pocos días, afirman los expertos oficiales.

Estos animales, introducidos por los “colonos” británicos en 1840 para servir como “bestias de tiro” de pesados transportes, son hoy una plaga nacional de “1,2 millones de camellos salvajes (algunos reportes indican un número bastante mayor) y su población se duplica cada 9 años; habitan una extensión de 3,3 millones de kilómetros cuadrados y provocan daños económicos anuales por unos 6,8 millones de dólares”, afirma montevideo.com.uy.

“Como prueba de la gravedad de la situación en el sur del país -expresa El País de Madrid-, un informe gubernamental señala que hasta el viernes 17 se quemaron 104 parques y reservas naturales en Victoria, según recoge The Sydney Morning Herald.

La quema de estas zonas de gran biodiversidad se debió sobre todo a los incendios de East Gippsland, donde las llamas ardieron con especial virulencia.

‘Hasta la fecha, los incendios han quemado, en su mayoría, áreas de un alto valor natural, afectando al 9 por ciento de las zonas con mayor biodiversidad del Estado’, señala el informe. El documento apunta que entre las zonas que han ardido se encuentra el 70 por ciento de las selvas tropicales del Estado”.

Lo que hay que decir

El pasado viernes 10 miles de australianos tomaron las calles de Melbourne expresando su enérgica protesta ante la caótica situación.

Entre las demandas de los manifestantes se encontraban el aumento del presupuesto para los bomberos, la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático y la dimisión del propio primer ministro, Scott Morrison, un negacionista del cambio climático.

Las lluvias aportan además un respiro a la “urgencia”, para que los australianos tomen aliento y reflexionen sobre lo que les está ocurriendo.

Sobresalen en estas horas los conceptos de un soberbio discurso pronunciado recientemente por el presidente nacional y secretario del Territorio de la Capital Australiana del Sindicato Unido de Bomberos de Australia, Greg McConville, cuya lectura íntegra recomendamos para tener una versión racional y completa de la situación actual en Australia.

Compartimos aquí una breve síntesis de esas palabras.

“(…) El desafío al que nos enfrentamos ahora es que, tras el asentamiento y la colonización, hemos cambiado radicalmente el régimen de control del fuego, y haríamos bien en reconstruirlo.

Hace cuatro años, en la víspera de las negociaciones de París sobre el clima, me presenté aquí y denuncié que los gobiernos hacen solamente eso: conversar. En términos reales, apenas nada ha cambiado desde entonces.

No solo estamos experimentando un incremento del riesgo de incendio ̶ afirma el sindicalista ̶ , sino también un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, los cuales refuerzan la presión sobre los servicios de emergencia, incluidos los de lucha contra incendios y salvamento.

Algunos ejemplos de esos fenómenos son:

  • En mayo de 2018, en la región de Hunter Valley, en Nueva Gales del Sur, se registraron nevadas e incendios en la misma noche.
  • En septiembre de 2018, la autopista de Snowy Mountains tuvo que ser cortada en un extremo debido a los fuegos, y cerca de ser cerrada también en su otro extremo por causa de la nieve.
  • En marzo de 2019, se registraron nevadas en la Montaña Baw Baw del estado de Victoria durante los días más calurosos registrados, mientras que los incendios obligaban a realizar evacuaciones.
  • Durante el pasado agosto, más de 600 incendios calcinaron casi 1 millón de hectáreas de bosque en Alaska.

Los fenómenos meteorológicos extremos han conducido a un número mayor de intervenciones por parte de los bomberos.

Resulta desalentador oír declaraciones como las del ministro para la Gestión de Emergencias en septiembre, quien describía como ‘irrelevantes’ los efectos del cambio climático sobre la situación de los incendios.

Realizar declaraciones de este tipo supone sugerir que se mantendrá el mismo enfoque que hasta ahora. Tristemente, es ese mismo enfoque el que nos ha traído hasta aquí.

Dar ejemplo

Es importante resaltar dos cosas cuando hablamos de los bomberos y la lucha contra los incendios  -agrega McConville-.

La primera es que los miembros de las brigadas contraincendios mantienen una filosofía de ‘dejar el trabajo en mejor forma de la que habían encontrado’. La segunda es que los bomberos dan el máximo de su esfuerzo, incluso en los peores días, porque se sienten impulsados por mitigar los riesgos para la vida de las personas.

Los políticos deberían intentar emular el esfuerzo y compromiso de los bomberos a la hora de enfrentarse a la escalada de riesgos de los incendios y de tratar el dolor y las pérdidas sufridos por las comunidades.

Los problemas a los que se enfrentan nuestros líderes políticos requieren que éstos, como los bomberos, se comprometan totalmente a dejar las cosas en mejor estado del que las encontraron.

Llevamos señalando estos problemas desde hace tiempo. En enero de 2003, 160.000 hectáreas, casi el 70 por ciento del Territorio de la Capital Australiana, y otras 100.000 hectáreas de la vecina Nueva Gales del Sur, fueron calcinadas por una serie de incendios devastadores.

Un estudio realizado en 2014 por Climate Council señala que las olas de calor son ahora más severas, largas y ocurren con mayor frecuencia, así como que el número de días de calor en Australia se ha multiplicado por dos durante el pasado medio siglo.

El cuerpo de respuesta aérea contra los incendios propuso en 2017 que se realizase un aumento de once millones de dólares australianos sobre los ya existentes quince millones de financiación, pero tal respuesta todavía permanece desatendida.

Una voz unida

Veintitrés antiguos jefes del servicio contraincendios se reunieron recientemente para dar un mensaje unido: ‘Se han cumplido nuestras predicciones’.

‘Hemos visto cómo se batían récords y se hablaba demasiadas veces de la ausencia de precedentes. Los incendios se manifiestan de maneras no vistas anteriormente en este planeta en proceso de calentamiento.

De ahí se extrae que el cambio climático está sobrealimentando el problema de los incendios tanto en Australia como a nivel internacional’.

Cuando los responsables y líderes sindicales de los bomberos se unen en torno a este problema, debemos entender el peso y la urgencia de los mensajes sobre el cambio climático y la lucha contra los incendios”.

Y refiriéndose al gobierno australiano y a sus compatriotas que discrepan en la importancia del cambio climático, McConville agrega:

Por favor, escúchennos: nosotros os escuchamos y nuestros compañeros y compañeras os están sirviendo en los momentos de mayor necesidad. ¡Por favor, ayúdennos a ayudarles!

Estos problemas son reales. La amenaza del cambio climático sobre los riesgos de los incendios es enorme. Sus consecuencias con respecto de los recursos también lo son.

La necesidad de actuar contra el cambio climático nunca ha sido mayor. Al final de la manguera contraincendios, no te encuentras con escépticos del cambio climático”.

Como siempre, los trabajadores y trabajadoras organizados y comprometidos con la sociedad en la que viven son quienes aportan elementos esenciales para el análisis, la comprensión y la acción reparadora de cualquier crisis.


1- https://www.greenleft.org.au/content/firefighters-union-leader-there-are-no-climate-sceptics-end-fire-hose Versión en español en http://www.sinpermiso.info/content/57263 Traducción de José Manuel Sío Docampo

Fuentes: www.elpais.com , www.montevideo.com.uy , www.sinpermiso.com , AFP