JBS es condenada por servir carne con larvas a sus empleados

 

JBS considerada la empresa de procesamiento de carne más grande del mundo, ha sido condenada en segunda instancia por el Tribunal Regional del Trabajo de la 23ª Región, en Mato Grosso, en dos procesos distintos, abiertos por el Ministerio Público del Trabajo (MPT), con base en infracciones sistemáticas a las leyes laborales.

 

Los fallos determinan el pago de R$2,3 millones (1,1 millón de dólares) en daños morales colectivos por violaciones que van desde el irrespeto a la jornada laboral y prácticas que configuran acoso, hasta situaciones donde la salud del trabajador se ve afectada.

Entre los problemas, están el hecho de que la empresa haya servido alimentos contaminados a sus empleados, incluyendo carne con larvas de mosca verde metálica, y el escape de gas amonio en la unidad industrial de Juruena (MT).

Repórter Brasil se contactó con la empresa para conocer su versión de los hechos. Por medio de su asesoría de prensa, JBS afirmó que no está de acuerdo ni pretende recurrir al Tribunal Superior del Trabajo para intentar revertir la decisión. Hasta la publicación de este reportaje, JBS no había comentado las acusaciones.

Para el fiscal Sandro Sardá, responsable por el Proyecto de Actuación en Frigoríficos del MPT, las condenas reflejan el irrespeto de la empresa con sus trabajadores.

“JBS emplea una conducta deliberada al no proteger la salud de sus empleados, incluso frente a dos graves agentes de riesgo presentes en el proceso productivo de cualquier frigorífico”, afirmó.

“Es una conducta absolutamente incompatible con la ley y con el porte de esta compañía: la procesadora de proteína animal más grande del mundo.

La empresa practica dumping social y solo procede la adecuación de las condiciones de trabajo mediante sanciones judiciales”, resalta.

 

La contaminación de la carne servida a sus empleados dentro de la unidad industrial es destacada en el fallo del relator del proceso, el juez Osmair Couto, quien afirma que los incumplimientos de la legislación quedaron “cabalmente comprobados” y cita fragmento de la carta enviada por el Servicio de Inspección Federal al gerente industrial de JBS en Juruena para “mejor elucidar la gravedad de los hechos”.

Dice el documento: “Los empleados que fueron a cenar encontraron larvas de moscas verdes metálicas. Algunos desistieron de cenar, y otros cenaron porque no tenían opción”.

El juez cita aun la decisión en primera instancia de la jueza Mônica do Rêgo Barros Cardoso, del Juzgado de Juína (MT), que denuncia “la presencia de insectos, principalmente moscas, encontradas en el comedor y en la cocina, es un hecho indiscutible presente en los expedientes, incluso con relación al basurero próximo al frigorífico, lo que evidentemente propicia su surgimiento”.

En 2012 se fiscalizó la fábrica y una muestra de la carne con larvas está entre las pruebas reunidas en el proceso por el fiscal  Thiago Gurjão Alves Ribeiro.

 

El profesor de la Universidad Estadual de San Pablo (Unesp) Marcos Rogerio André, pos-doctor en Medicina Veterinaria y especialista en Parasitología, explica que la presencia de larvas en la carne representa un grave riesgo de contaminación.

 

“Del punto de vista de salud pública es algo muy grave. Hay ciertos tipos de moscas que depositan huevos y de los huevos salen larvas, pero hay aquellas moscas que depositan sus larvas directamente.  

 

Sea como sea, si hay larva, es porque la mosca posó en la carne. Y si posó, puede haber depositado inúmeros agentes patógenos”, explica, listando

 

Áscaris lumbricoides (gusano redondo), bacilos de cólera, virus de la poliomielitis y salmonella como ejemplos de contaminantes que los empleados pueden haber ingerido.

“Todos los patógenos que estaban en las heces pasan para el alimento”, explica, resaltando que los que comieron los alimentos contaminados pueden desarrollar enfermedades graves.

 

Además de servir carne con larvas a sus empleados, JBS también es acusada de poner en riesgo la salud de sus trabajadores, por no tomar las medidas básicas de monitoreo y seguridad con relación al reservatorio para la refrigeración por gas amonio.

En otra sentencia, proferida en la segunda instancia, el juez Juliano Girardello condena a la empresa, y destaca que “los inspectores detectaron un fuerte olor proveniente de este producto químico en la sala de máquinas”, y que la empresa no cuenta con “previsiones de riesgo ni exámenes médicos para el monitoreo de las vías respiratorias de sus trabajadores de este sector, ni con relación a otros problemas de salud”, y además “no hay como prever ni la forma ni el momento en que podrían pasar determinadas tragedias (explosiones, incendios, escapes de amonio, etc.), ni tampoco como prever accidentes de trabajo con resultado de muerte o invalidez permanente”.

En base a esa y a otras infracciones graves, que incluyen el registro de jornadas superiores a 20 horas, el Tribunal Regional del Trabajo confirmó la condena en primera instancia también proferida por la jueza Mónica do Rêgo Barros, con base en las acusaciones hechas por el fiscal José Pedro dos Reis.

Además de estas dos condenas, la empresa enfrenta otro proceso, resultante de más problemas constatados en esta misma planta. El proceso tramita con el número 0000395-59.2012.5.23.0081 y, según el TRT, debe entrar en pauta en septiembre.

 

Con accionistas como el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), y el banco público Caixa Económica Federal, la compañía JBS logró ganancias netas de R$ 78 mil millones (34,5 mil millones de dólares) en 2012.

Con muy buenos contactos, la empresa es una de las más influyentes del país e invierte grandes montos en las campañas de los políticos. Una investigación reciente realizada por el periódico O Globo revela que, en el primer mes de campaña electoral de 2014, JBS aparece como la principal donadora de dos de los candidatos a la Presidencia de la República, Dilma Rousseff (PT) y Aécio Neves (PSDB).

De acuerdo con el MPT, apenas en el estado de Mato Grosso, JBS posee 10,5 mil empleados. El número equivale a un tercio de todos los trabajadores del sector de frigoríficos, en un total de 32 mil en el referido estado.

Según el MPT, hay casi 19 mil reclamos laborales en tramitación en la justicia del estado de Mato Grosso contra esta compañía. No es la primera vez que JBS es denunciada en función de las condiciones de trabajo en sus unidades de producción.

Todos estos problemas fueron detallados en el reportaje especial Moendo Gente y en el documental “Carne, Osso”, que ha conquistado el premio Vladmir Herzog en 2013, en la categoría Documentales de TV. Las investigaciones periodísticas indicando la gravedad de la situación fomentaron las nuevas reglas para el sector por medio de la Norma Reguladora 36 publicada por el Ministerio del Trabajo en abril de 2013.