SINDICATOS

Engels y la clase obrera

Una revolución frente a la cual la Revolución Francesa y los sucesos de 1794 serán un juego de niños
Engels y la clase obrera
 
 
“La situación de la clase obrera en Inglaterra”, el libro de Federico Engels, es una pintura de los sufrimientos y las luchas del proletario. Engels vivió bastante entre ellos como para conocer sus esperanzas y perspectivas.
 
Al respecto escribió: “Sois miembros de una gran familia humana, conscientes de que tenéis los mismos intereses que esa gran familia. Mucho queda por sufrir: pero manteneos firmes. Vuestro éxito es seguro y ningún paso hacia adelante se perderá para vuestra causa común: la causa de la humanidad”.
 
La historia de la clase obrera inglesa comienza en la última mitad del siglo XIX con el descubrimiento de la máquina a vapor y de la máquina para la industrialización del algodón. Estos descubrimientos dieron impulso a una gran revolución y a su principal producto: el proletariado, que en Inglaterra pudo estudiarse en todas sus vinculaciones y diferentes aspectos.
 
Antes de la introducción de las máquinas el hilado y el tejido se hacían en casa del obrero. La mujer y los hijos extendían los hilos que el marido tejía, o ellos mismos tejían y vendían si el jefe de familia no lo trabajaba. 
 
Estas familias de tejedores vivían generalmente en el campo, en las cercanías de las ciudades, y podían arreglárselas perfectamente con su salario porque el mercado del país, que era casi el único mercado, se regulaba según la demanda de las telas.
 
A la revolución que trajo la primera máquina imperfecta (la Jenny) le siguió un sistema complejo de artefactos hábilmente perfeccionados para convertir la materia prima en tejido.
 
Para Inglaterra la Revolución Industrial tuvo el mismo significado que la revolución política para Francia y la revolución filosófica para Alemania. Y el contraste entre la Inglaterra de 1760 y la de 1844 fue tan grande como la Francia del antiguo régimen y la de la Revolución del 14 de julio.
 
Pero el fruto más importante de esta Revolución fue el proletariado inglés creado por el uso intensivo de las máquinas. El desarrollo de la industria reclamó brazos. El salario aumentó y, en consecuencia, cuadrillas de trabajadores emigraron de los distritos agrícolas a las ciudades. La población urbana aumentó rápidamente y casi todo el crecimiento vino de la clase proletaria.
 
Ocurrió entonces que los antiguos patrones y trabajadores pasaron a ser grandes capitalistas y obreros.
 
Los oficios fueron ejercidos como lo demandaban las fábricas. La división del trabajo fue aplicada rigurosamente y los pequeños patronos que no podían competir con los grandes fueron empujados a la clase proletaria.
 
Al mismo tiempo, con la supresión del artesanado hasta entonces existente, base de la pequeña burguesía, le fue quitada al obrero toda posibilidad de volverse él mismo burgués.
 
El que ahora nacía trabajador no tenía otra perspectiva que seguir siéndolo toda la vida.
 
De Glasgow a Londres el odio de los trabajadores contra quienes los explotaban permitió a Engels anunciar “una revolución frente a la cual la Revolución Francesa y los sucesos de 1794 serán un juego de niños”.

 

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