Mc Donald’s y su jornada feliz de trabajo
Con el senador Paulo Paim
Cuando la lucha vale la pena
Mc Donald’s y su jornada feliz de trabajo
Viejo amigo y compañero de la Rel-UITA y de la Confederación Nacional de Trabajadores del Turismo y la Hospitalidad (CONTRATUH), el senador Paulo Paim tuvo una destacada participación en la campaña para que la famosa transnacional del fast food desistiera de implementar un horario de trabajo y una compensación salarial que violentaba derechos humanos básicos y hasta la propia Constitución de Brasil.
Viejo amigo y compañero de la Rel-UITA y de la Confederación Nacional de Trabajadores del Turismo y la Hospitalidad (CONTRATUH), el senador Paulo Paim tuvo una destacada participación en la campaña para que la famosa transnacional del fast food desistiera de implementar un horario de trabajo y una compensación salarial que violentaba derechos humanos básicos y hasta la propia Constitución de Brasil.
-¿Qué siente por haber sido parte importante de una batalla ganada a Mc Donald’s?
-Una alegría muy grande. En el parlamento tenemos que ser un instrumento de los trabajadores y en esta lucha específica estuvimos como siempre al servicio de la CONTRATUH y de sus justas reivindicaciones.
Sin lugar a dudas, obligar al trabajador a permanecer en el local de trabajo casi preso hasta por doce horas y pagarle apenas por las horas “trabajadas” es un acto condenable. Por ello desde la Comisión de Derechos Humanos del Senado Federal, que presido, convocamos a una audiencia pública el 10 de octubre de 2011 y luego dimos seguimiento a esa situación.
Estoy convencido de que si la Confederación y el SINTHORESP (Sindicato de los Trabajadores de Hoteles, Restaurantes, Bares y Similares de São Paulo) no daban esa pelea, lo que sucedía en Mc Donald’s se hubiera extendido a otras empresas y sólo se estaría pagando por las horas “trabajadas”.
Con el convenio que se acordó y con la multa fijada por el Ministerio Público de Trabajo, de casi 8 millones de reales, ningún empleador va a querer actuar de la manera en que lo hacía Mc Donald’s: nadie en este país va a querer pagar una multa como esta, y eso servirá de ejemplo para que otros no cometan ese tipo de, yo diría, casi crimen contra el derecho de los trabajadores, que están protegidos por la legislación laboral y por la propia Constitución de Brasil.
Espero que jamás ninguna empresa, como Mc Donald’s lo hacía, mantenga a sus trabajadores casi en un régimen de semiesclavitud.
Vayan entonces mis felicitaciones para el sindicato, para la CONTRATUH y para su presidente Moacyr Auersvald, un querido compañero y amigo de todas las horas.
-Las transnacionales reaccionan sólo cuando su imagen está en peligro. La audiencia pública fue un punto de inflexión en esta dura lucha…
-Yo organizo aquí en el Senado muchas audiencias públicas que tienen por finalidad colocar el foco sobre ciertas situaciones que nos preocupan. Estas audiencias se transmiten por TV Senado los lunes por la mañana, en el horario más visto, entre las nueve y las dos de la tarde.
Cuando ciertos sectores de la economía o empresariales perciben que va a haber una audiencia pública, que ellos serán el tema de esa audiencia y que todo Brasil se va a enterar de lo que están haciendo contra los trabajadores, entran en estado de alerta.
Primero que nada, están obligados a venir. Si no lo hacen, el Senado los condena anticipadamente, por haber eludido el debate o el diálogo sobre el tema. Y si vienen, naturalmente nosotros buscamos exponer la cuestión, para que la población se informe, pero también es nuestra intención contribuir a una solución, como se dio en el caso de Mc Donald’s.
Felizmente, la información que me llega por intermedio de Moacyr es que todo marchó bien. Una vez más queda demostrado que la lucha siempre vale la pena.
Foto: Gerardo Iglesias