Joaquín era un ser simpático, biológicamente simpático. Su sonrisa prácticamente estampada en su rostro aparecía hasta en las discusiones más acaloradas y de suma tensión.

Abogado laboralista y profesor universitario con una extraordinaria experiencia, querido por los sindicalistas y respetado por los empresarios, supo ganarse el cariño de los luchadores por medio de su infatigable militancia social al servicio de la clase obrera.

En el sitio de la Rel UITA hay varias entrevistas con él, pues Joaquín se desempeñó como asesor de nuestras dos organizaciones afiliadas de Nestlé, en San Francisco de Macorís y San Cristóbal, y fue amigo incondicional de nuestra tribu.

Junto a un grupo entusiasta de militantes conformó en 2009 la Fundación por los Derechos del Consumidor (FUNDECOM), con la cual firmamos un acuerdo de colaboración y en cuyo marco realizamos varios encuentros sobre soberanía alimentaria, cultivos transgénicos, la salud pública y la industrialización alimentaria.

En 2014 organizamos el Tercer Foro sobre la Reforma del Código de Trabajo junto al Grupo Desarrollo y Democracia (GDD), liderado por Nélsida Marmolejos ─su compañera de toda la vida─, donde Joaquín, Julio Aníbal Suárez, ex magistrado de la Suprema Corte de Justicia y Rafael Alburquerque, ex vicepresidente de la República y ex Ministro de Trabajo, registraron destacadas intervenciones.

Un día Bienvenido Cuevas, entrañable amigo y compañero, me dijo ante el deceso de una querida compañera: “No es posible que muera tanta gente de cáncer en este país. ¿No será que los gringos tienen escondido algún basurero radioactivo?”.

Joaquín se nos fue. Peleó con toda su voluntad contra esa enfermedad hasta su último aliento. No sé si el cáncer está relacionado con los gringos, no lo descarto, pero de algo sí estoy seguro, de que se ha llevado a mucha gente entrañable y con capacidades para hacer de República Dominicana un país mejor.

Que tu viaje tenga toda la luz.