Casi cuatro años después, el Juzgado del Trabajo de Lima ordenó, en primera instancia, su reinstalación y el pago de salarios caídos.

Entre otras violaciones, Gayoso y el sindicato habían denunciado la retención de trabajadores y trabajadoras de los centros de distribución, para obligarlos a renunciar a su puesto de trabajo.

Prácticamente un despido masivo camuflado de renuncia voluntaria para, luego, proceder a tercerizar el sector.

“Me acusaron de estar difamando a la empresa, cuando yo, simplemente, cumplía con mi deber de dirigente sindical, denunciando los atropellos que se cometían en la empresa”, dijo Gayoso a La Rel.

Ante su cese injustificado y arbitrario, el dirigente sindical interpuso una demanda judicial pidiendo la nulidad del despido, su reposición, el pago de salarios dejados de percibir y de los costos del proceso.

El 26 de mayo de este año, el juzgado declaró fundada en todos sus extremos la demanda presentada por Gayoso, y ordenó su reinstalación en el mismo puesto de trabajo, el pago de las remuneraciones caídas a partir de la fecha del despido.

El juez fundamentó su decisión al considerar que la transnacional se excedió en la medida tomada contra el dirigente sindical.

“La empresa ya apeló la decisión del juez, pero ya interpusimos una medida cautelar para que se ejecute mi reposición inmediata.

En este momento estamos esperando que el tribunal admita dicha medida cautelar y tenemos la confianza de que así será”, explicó el también presidente de nuestra afiliada la Federación Nacional de Trabajadores de Bebidas, Industria y Afines (Fentrabia).

El dirigente sindical agradeció profundamente el apoyo solidario recibido tanto por el Sindicato como por la Federación y la Rel UITA.

“Son casos largos y complicados, donde la empresa pretende poner a los dirigentes fuera de lugar, mandando así un mensaje intimidante a los afiliados.

Tener el apoyo del Sintraincer, la Fentrabia y la Rel UITA —concluyó Gayoso— ha sido fundamental para que se llegara a este desenlace”.