La Federación Nacional de Trabajadores del Sector Agrario, Industria, Riego y Similares del Perú (Fentrair) denunció recientemente las condiciones de labor indignas, humillantes, que violentan derechos humanos en la empresa Los Olivos de Villacuri, que se dedica a la producción de uvas que son exportadas para Estados Unidos y la Unión Europea.
Los consumidores desconocen que los «servicios higiénicos» no son diferenciados, no disponen de agua, no tienen lavado de manos, que son un punto de encuentro del mosquerío que ronda por allí.
Tal vez alguien se preguntará cómo es posible que en pleno siglo XXI se presenten estas situaciones que lesionan la dignidad humana y que haya empresas que certifican que la producción de esas uvas se realiza respetando las normativas del trabajo decente.
Se trata de imágenes repugnantes, porque en muchos de nuestros países, repugnante es el capitalismo agrario.